Mi pequeño tiene problemas de autoestima

Hace algunas semanas, un papá del colegio me contó que su pequeño le dijo llorando que no tenía amigos, que los niños lo marginaban a la hora de hablar y organizar los juegos. El padre no pudo contener las lágrimas, y me transmitió la impotencia que sentía al pensar en ese tema.

Mi hijo, que asiste a la misma clase que él, me comentó que es verdad que desde hace un tiempo algunos niños lo están dando de lado. Le preguntamos si sabía el motivo y nos dijo que el chico más popular de la clase le había cogido manía, no le gustaba que le llevara la contraria cuando algo le parecía injusto o sin sentido.

Más común de lo que parece

Por desgracia esto es más común de lo que parece. Algunos niños toman el rol dominante en las aulas y hacen un uso indebido de su influencia sobre los demás. En muchas ocasiones estas experiencias se han catalogado como “cosas de niños” pero no creemos que sea así.

Para ellos es muy importante sentirse aceptados por los demás, ser parte del grupo y, sino solucionamos estos problemas, puede que con el tiempo hagan cosas más serias por el simple hecho de ser aceptados.

Después de la conversación con mi hijo llamé al padre, le animé a que lo comunicara al centro, que hablara con el tutor y le transmitiera su situación. Por experiencia sabemos que el centro está pendiente de estos casos y actúa de manera silenciosa y eficaz.

Por otro lado, nosotros hablamos con nuestro hijo y le animamos a que no lo dejara solo, que lo incluyera en las conversaciones y juegos que tienen. Si desde nuestros hogares los animamos a ser personas empáticas e inclusivas con los demás niños todo irá mejor.

A esa edad (8 a 10 años) los niños están formando su personalidad, es de vital importancia que se sientan seguros y aceptados por el entorno. Una mala experiencia no gestionada de la manera correcta puede asustarlo y empujarlos a cerrarse a los demás.

Al cabo de un par de semanas todo volvió a la normalidad, el tutor intervino colocando al chico en varios juegos como líder y el grupo volvió a aceptarlo sin darse cuenta.

Esta es una de las muchas experiencias que podemos vivir con nuestros hijos, lo que debemos aprender es que no hay cosas de niños, debemos prestarle atención a cualquier señal de alarma y actuar con tranquilidad. Nuestra manera de afrontar las adversidades es un medio fantástico para educar a nuestros hijos. Actuar de manera visceral y sin control lo único que conseguirá será empeorar las cosas.

En algunas ocasiones son pequeños malentendidos que tiene fácil solución. También debemos deben entender que no siempre le vamos a caer bien a todo el mundo, que habrá personas con las que nos va a costar mucho relacionarnos, es esos casos debe prevalecer el respeto.

Por último, me gustaría compartir que la práctica de deportes como la escalada o la natación, han ayudado mucho a la autoestima de nuestro pequeño. Este tipo de deportes en los que se compite contra uno mismo, los ayudará a superar retos y obstáculos que al principio parecían imposibles.

Nos encantaría conocer vuestra experiencia con este tema y las herramientas que habéis utilizado para gestionarlo.