En esta semana nos centraremos en la psicomotricidad gruesa, tras hablar la semana pasada de la psicomotricidad fina. La psicomotricidad gruesa que es aquella habilidad que el niño va a ir adquiriendo y que implica movimientos de grandes grupos musculares, y mantener el equilibrio, además de adquirir agilidad, fuerza y velocidad en los mismos. De esta manera, la psicomotricidad gruesa incluye movimientos musculares de piernas, brazos, cabeza, abdomen y espalda.
El ritmo de evolución variará de unos niños a otros, siempre dentro de unos parámetros como pueden ser su carga genética, la madurez de su sistema nervioso, su temperamento o la estimulación del ambiente.
Si el desarrollo de los parámetros es normal el desarrollo natural de la psicomotricidad gruesa se manifiesta de las siguientes maneras:
- A los 0 meses: el bebé tendrá postura fetal y permanecerá acostado boca arriba o boca abajo
- A los 3 meses: el bebé empieza a ser capaz de mantener la cabeza erguida.
- A los 6 meses: el bebé comienza a permanecer en postura de sentado
- A los 9 meses: el bebé empieza a desplazarse voluntariamente y comienza a gatear sobre las manos y las rodillas.
- A los 12 meses: el bebé comienza a sostenerse de pie. Primero agarrándose a algún objeto y después consigue mantenerse de pie solo. Y al final del primer año es capaz de caminar cogido de la mano y después solo.
Nos alarmaremos cuando:
- A los 4 meses no hay todavía control de la cabeza
- A los 9 meses aún no es capaz de permanecer sentado
- A los 18 meses no marcha.
Cuando el niño es bebé, podemos practicarla en casa con los siguientes ejercicios:
- Estando el niño boca arriba en una mesa o suelo, sostenerlo de ambas piernas por debajo de la articulación de las rodillas y hacerlas oscilar ligeramente, sin forzar los movimientos. No debe notar resistencia. Alternando palmaditas y oscilaciones, lleve una rodilla hacia el pecho y después la otra.
- Acariciar las piernas, brazos, pies y manos y así provocar actividad en sus miembros
- Permitir que el niño se lleve la mano a la boca para chuparla.
- Hacerle ejercicios mientras se le cambia el pañal. Con ello se logra relajarle.
- Hacer un rollo con una toalla. Colocar al niño boca abajo con el rollo a la altura del pecho y los brazos por encima del rollo. Tomarlo de las caderas y empujarlo suavemente hacia delante y hacia atrás. No olvidar sostener ligeramente la pelvis.
- Estando el niño boca abajo, mover un sonajero un poco arriba de la cabeza del bebé, de tal manera que cuando él la levante encuentre el objeto que produjo el sonido. Entregarle el sonajero para que lo retenga y quizás reaccione.
- Colocar al niño boca abajo y apoyado en los antebrazos. Poner un objeto frente a sus ojos cuando el niño mire el objeto, desplazarlo lentamente hacia arriba para que el niño levante la cabeza. Vuelva a bajarlo lentamente. Repetir el ejercicio varias veces, aumentando la amplitud del movimiento. Cuando el niño tenga la cabeza levantada, mover lentamente el objeto de derecha a izquierda y viceversa, aumentando poco a poco la amplitud del movimiento.
- Con el niño acostado de lado. Agitar un sonajero a su espalda o hablarle para que el niño, tratando de buscar lo que produce el sonido, se de vuelta. Realizar esta actividad haciendo que el niño primero se voltee de los lados hasta la línea media y después hasta el otro lado.
Cuando tiene más de 12 meses:
- Jugar a hacer representaciones. Podemos estimular la imaginación y el movimiento del niño mediante juegos en los que tenga que actuar. Que se mueva como si fuera cualquier animal, como por ejemplo, un pato. Que represente un medio de transporte, como por ejemplo que vuele como un avión. O que elija lo que quiere representar y nosotros hemos de adivinarlo.
- Reventar globos o burbujas. Haz burbujas y que tu niño las persiga o infla globos y que trate de mantenerlos en el aire. Así, ayudarás a tu hijo a practicar la coordinación óculo-manual y sus habilidades motoras
- Hacer la croqueta. Rodar con el cuerpo puede ayudarlo a descubrir la relación entre la parte superior del cuerpo y la parte inferior.
- Ayudaremos a que sea consciente del ritmo y además mejorar sus habilidades motoras.
- Circuito en casa. Utiliza muebles, almohadas y mesas para que tu hijo gatee, pase por arriba, mantenga el equilibrio, salte o corra
- Equilibrista en casa. Usa cinta adhesiva y que tu hijo camine sobre ella
Autor: Borja Quicios
Licenciado en Psicología con especialidad en Educación por la Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Psicomotricidad Vivenciada y Coach educativo. Autor y fundador del blog Padreehijos.
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