En nuestro país existe una carencia de horarios laborales más flexibles que permitan a las personas que trabajan disfrutar de un tiempo en el que vivir en plenitud y en familia.
Si estos trabajadores son padres o madres, es posible que no puedan atender a sus hijos todo lo que quisieran y, por eso, es muy común que nos encontremos con niños que desayunan, comen e incluso meriendan en el colegio antes de empezar una de tantas extraescolares de las que están apuntados. Una vez llegados a casa tienen el tiempo justo para hacer los deberes, cenar e irse a la cama que con suerte se podrán compartir en familia.
Cómo afecta el horario laboral a las familias
Saber cómo afecta el horario laboral a las familias es de gran valor. Se pueden extraer al menos tres motivos:
- Muchos padres y madres afirman que no tienen la capacidad de decisión sobre su tiempo de trabajo y son las propias empresas las que lo regulan por ellos.
- Padres y madres certifican que no les pueden dedicar el tiempo suficiente a las actividades que comparten con sus hijos.
- Hace que exista una inflexibilidad en los horarios laborales de ambos miembros de la pareja. El padre y la madre tienen jornada partida; esta falta de adaptación de la jornada laboral a las necesidades familiares hace que uno de los dos tenga que “sacrificar” su carrera profesional.
Existe una reciente encuesta que evalúa tres de las actividades centrales en la vida familiar como son: Tiempo que se dedica a la pareja y a los hijos en rutinas familiares, tiempo jugando con uno o más hijos sin la presencia de la pareja, tiempo dedicado al cuidado del hijo.
En esta encuesta se llega a la conclusión que la jornada partida que dura de 9:00 a 17:00h con una parada de hasta 2 horas tiene repercusiones muy negativas sobre la vida familiar y hace necesario que se realicen prácticas para la conciliación laboral y familiar.
Consecuencias de una mala conciliación laboral
Cuando no existe equilibrio entre el trabajo y la vida familiar afecta de manera negativa a la calidad de vida de la persona y de los hijos.
- Los hijos presentarán una actitud de rebeldía debido a los padres puede prestar poca atención a sus hijos. El niño necesita la figura de sus padres para su óptimo desarrollo, ya que ellos son la base en la que el niño estructura su personalidad.
- La falta de tiempo para estar con ellos hace que los padres tengan que dejar su educación en manos de terceras personas. Esto hace que muchos padres y madres se sientan frustrados, culpables e impotentes, por lo que buscarán otras maneras de compensación que también resultarán negativas como el consentimiento o la sobreprotección. Y con ello, la pérdida de valores morales.
La necesidad de la conciliación laboral y familiar
Debe de existir una responsabilidad compartida entre el entorno familiar y la propia sociedad en la que vivimos. Los adultos debemos valorarnos por lo que somos y no por lo que tenemos y en consecuencia enseñar a los hijos a hacer lo mismo.
Para ello debemos pensar que:
- La decisión que se tome en el entorno familiar debe ser privado. Es decir, lo que se decida debe ser algo que salga de los miembros de la familia y no una decisión que se ve afectada por la presión social.
- La responsabilidad de educar a los hijos recae exclusivamente en la familia. El problema no se soluciona aumentando el horario del colegio con extraescolares alargando la permanencia de los hijos fuera de casa para que los padres puedan ir a trabajar tranquilos. Es irracional ya que la educación es responsabilidad del entorno familiar y los colegios el apoyo a esta educación.
- Que la conciliación debe ir más allá de los derechos de la mujer e incorporar el debate de la conciliación a todos los miembros de la familia.
Autor: Borja Quicios
Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, Máster en Psicomotricidad Vivenciada y Coach educativo. Especialista en Educación y Deporte.
Autor y fundador del blog DeHijosyPadres.
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