El bullying es una manera específica de violencia escolar en forma de amenazas o insultos, que puede derivar incluso en violencia física. Un maltrato que suele ser intencionado y perjudicial de un estudiante hacia otro compañero, generalmente más débil, al que convierte en su víctima habitual. Suele ser constante y repetido en el tiempo. Con consecuencias desmedidas y sin obedecer a ninguna motivación.
Hay estudios que muestran que el 1,6% de los niños en España sufre acoso escolar de manera constante pero a pesar de los esfuerzos por darle visibilidad al bullying, la mayoría de los casos aun pasan inadvertidos.
Consecuencias que trae consigo el bullying
El bullying o acoso escolar trae consigo muchas consecuencias. Algunas de ellas son:
- Baja autoestima. Comienzan a tener una imagen de sí mismos distorsionada y dañada.
- Fracaso escolar. Los niños que son acosados pierden el interés por los estudios y evitan ir al colegio.
- Adquieren fobias. Miedo a todo: dormir solo, salir de casa, etc.
- Depresión. Los niños comienzan a sentirse mal y no confiar en nadie.
- Actitud pasiva. No les importa nada ni nadie.
- Cambios constantes en su estado de ánimo. Pesadillas, terrores nocturnos, etc.
Mitos sobre el bullying
Contar con la información adecuada respecto de la naturaleza del bullying para desterrar sus mitos es un paso fundamental para poder intervenir correctamente. Es necesario, que los padres y docentes se sensibilicen con el problema, que tomen conciencia de que puede traer consecuencias y que deben intervenir, hacerlo con precisión y en el momento adecuado, ya que como otras situaciones donde hay malestar crónico si no se detienen a tiempo pueden crecer aún más.
Se suele creer que una de las causas del bullying es que el acosador tiene la autoestima muy baja pero recientes estudios demuestran que muchos de ellos tienen la autoestima muy alta, están satisfechos consigo mismos y el hecho de molestar a otros iguales los posiciona mejor en su grupo de pertenencia. Por lo tanto, el acoso escolar no tiene que ver con una mayor o menor autoestima sino con el hecho de tener poder y ejercer dominio sobre otros compañeros.
Otro mito erróneo es creer que los niños con sobrepeso, que usa gafas o de un origen étnico diferente son blancos fáciles para los acosadores. Investigaciones han aclarado que el aspecto físico no es tan relevante en el acoso como lo es la percepción de debilidad que tiene el niño que sufre el acoso sobre sí mismo. Las explicaciones que ponen acento en las apariencias físicas son solo prejuicios.
Argumentos como: “el acoso es una tontería, sólo es una broma”, “si ignoramos al acosador los problemas desaparecen”, “para defenderte devuelve el golpe”, “con la edad que tienen es normal que pase”. Son mitos que tenemos que desterrar y aparecen porque casi siempre ponemos el foco en una sola causa para explicar el bullying cuando deberíamos fijarnos en cómo se combinan y asocian las diferentes causas que lo desarrollan y hacen que un niño lo padezca y otro se convierta en acosador.
Papel de los padres
La mediación de los padres frente a este fenómeno de acoso escolar es muy necesario. En el caso de que los padres sospechen que el niño es acosado:
- Hay que investigar con detalle lo ocurrido. Escuchar al niño sin interrumpirlo, dejando que se desahogue.
- Alertar al profesor o jefe de estudios acerca de lo que ocurre y pide su cooperación para resolver el caso.
- No estimular la venganza. Solo se empeora la situación.
- Enseñarle alternativas para responder a los acosadores. Respuestas asertivas.
- Mantén la calma. Demuestra determinación y se positivo.
Cuando el niño es el acosador, el padre o la madre jamás deben de usar la violencia para reparar el problema. Para encauzar la situación de manera positiva:
- Investiga el por qué se comporta así.
- Habla y pide ayuda a los profesores.
- Observa las actividades que realiza tu hijo junto a sus amigos.
- Escúchale. Procura que haya comunicación y confianza con tu hijo.
- Ayuda a tu hijo a canalizar esa agresividad, que aprenda a manifestar sus frustraciones sin agresión.
- Anímale a que reconozca su error y a que pida perdón a la víctima. Elogia sus buenas acciones.
- Déjale claro lo que ocurrirá si el acoso continúa
Autor: BorjaQuicios
Licenciado en Psicología con especialidad en Educación por la Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Psicomotricidad Vivenciada y Coach educativo. Autor y fundador del blog Padreehijos.
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