Con la llegada del verano y las vacaciones escolares, una de las preguntas más habituales que nos solemos hacer es:
¿Qué hacemos estas vacaciones?
No hace falta irse muy lejos para disfrutar de unas vacaciones en familia, el simple hecho de aprovechar las vacaciones para realizar actividades diferentes con los niños y cambiar de rutina es muy positivo tanto para la unión familiar como para ellos.
De hecho, según nos cuenta un estudio elaborado por HomeToGo, estos cambios estimulan a los niños en en 6 aspectos:
1. Ayudan a su desarrollo personal
Durante las vacaciones los niños se mueven mucho más, corren, juegan, aprenden a ir en bicicleta o se dan su primer chapuzón en el mar. Todas estas nuevas experiencias y sensaciones hacen que se liberen neurotransmisores del bienestar (entre los que destacan los opioides, la oxitocina y la dopamina) que juegan un papel fundamental en el desarrollo de su carácter y de sus relaciones sociales con otros niños.
2. Dan rienda suelta a su creatividad
Cuando sacamos a los niños de su rutina habitual y “rompemos” con su entorno cotidiano, en su caso la escuela: exámenes, deberes, clases… le damos rienda suelta a su creatividad.
Haced la prueba, dejad que corran y jueguen a sus anchas en el campo en una playa y veréis que en cinco minutos están construyendo una cabaña con troncos o jugando a ser piratas.
3. Mejoran su capacidad de concentración con una “dosis de naturaleza”
Los beneficios de acercar a los niños a la naturaleza son muchos, entre ellos destaca la mejora en la capacidad de concentración. Según cuenta el estudio, estar en contacto con la naturaleza más de 20 minutos hace que los niños mejoren sus niveles de atención y concentración.
Además, también está comprobado que el pasar tiempo en zonas verdes tiene un efecto positivo en los niños con TDAH (Déficit de Atención e Hiperactividad).
4. Estimulan el desarrollo de nuevos intereses
Los niños tienen una gran capacidad de absorción de la información, en especial cuando tienen entre 6 meses y 3 años. Cuando los llevamos de campamentos de verano o de viaje con nosotros, no sólo aprenden a relacionarse y hacer amigos, sino que también desarrollan o nuevos intereses.
Todo esto hace que sus funciones ejecutivas aumenten (la atención, la concentración, la habilidad de organización, entre otras ) y que se desarrolle positivamente su coeficiente intelectual, su salud física y su salud mental.
5. Les hacen sentir partícipe y despiertan su felicidad
Al igual que a nosotros, a los niños les encanta ir de vacaciones. La emoción que les genera pensar dónde irán, qué harán o qué llevarán les despierta y potencia los niveles de felicidad. Es muy importante recordar que cuando los niños son felices, tú también lo eres.
Así que mi consejo es que dejes que tus hijos participen en la planificación de las vacaciones para que no lo vean como otra obligación más.
6. Estrechan lazos con nosotros y crean nuevas memorias juntos
Las vacaciones son el momento ideal para estrechar lazos con los niños. Es el momento en que podemos centrarnos únicamente en nuestros hijos y disfrutar con ellos.
Además, el cambio del entorno y de la rutina también nos permite crear nuevas memorias juntos, realizar nuevas actividades y juegos como hacer castillos de arena, saltar las olas, cantar canciones alrededor del fuego, volar una cometa, etc.
Andrea del Campo
Responsable de relaciones públicas de HomeToGo
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