Llegan las vacaciones y todos estamos deseando descansar y desconectar, en algunas ocasiones el simple hecho de romper con la rutina de colegio, deberes y extraescolares ya lo es.
La cuestión es que los pequeños tienen todo el día libre. Lo normal es intentar buscarles un campamento urbano, alguna actividad de ocio deportivo para invertir las mañanas, y así poder compaginar trabajo y familia, también es muy común el apoyo de los abuelos. En definitiva, buscamos rellenar calendario para poder seguir con nuestras responsabilidades laborales.
El caso es que en estas épocas del año ellos demandan más de nosotros, quieren pasar más tiempo y así poder realizar todas esas actividades que hemos propuesto en el tiempo, es el momento de escuchar frases como:
- Papá ¿ya podemos hacer el experimento no? Estás de vacaciones.
- ¿Mañana compramos las pinturas para hacer esa manualidad que vi en YouTube?
- ¿Cuándo iremos al cine a ver la peli de superhéroes?
A buen seguro que recordáis más, ellos están deseando que les dediquemos más tiempo y las vacaciones son el espacio ideal. El problema surge cuando los papás estamos deseando atrapar las vacaciones para hacer, o dejar de hacer, lo que nos apetezca. Muchos desean días tranquilos, tardes de relax, mañanas pacíficas donde nuestro cuerpo dicte los tiempo de levantarse y volver a acostarse. El dato a tener en cuenta es que sus tiempos no son nuestros tiempos, se levantan temprano, se quieren acostar tarde y la siesta se convierte en algo de lo que oímos hablar pero no vivimos.
Pero por encima de todo está las ganas que tiene de estar con nosotros.
Lo que voy a decir puede que suene duro pero yo lo entiendo así, ellos son nuestra prioridad y esto condiciona nuestros planes. Seguro que en ocasiones no nos apetece o no tenemos ganas, pero debemos pensar que llegará el momento (antes de lo que creemos) en el que pasaremos a ser la segunda o tercera opción. Yo he decidido que cuando llegue ese día quiero mirar atrás y poder decir que he estado presente en su vida.
Si durante el año hemos de hacer esfuerzos para conseguir tiempo de calidad, en las épocas vacacionales más aún. Si nos organizamos hay tiempo para todo y todos.
Algunos ejemplos pueden ser:
- Compartir una afición. Es la mejor manera pasar tiempo junto.
- Interesarnos por sus gustos. Compartir tiempo en el que él decida qué hacer.
- Compartir nuestras aficiones y gustos. Nos podemos llevar más de una sorpresa.
Seguro que si nos esforzamos podemos hacer de las vacaciones un tiempo fantástico en familia. Un consejo, cuidemos las expectativas, estas en muchas ocasiones son el origen de nuestras frustraciones. Mientras más reales sean mejor.
Resumiendo, llegan la vacaciones y hemos de hacer malabares para mantener en el aire todo… Merece la pena.
Esperamos vuestras experiencias a este respecto.
Un abrazo
Padres de hoy
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