Todos conocemos los beneficios de la natación en los bebés y en los niños. En esta ocasión abordaremos los beneficios que entraña un deporte tan completo, la natación, en niños y niñas con trastorno del espectro autista (en adelante TEA).
Dentro de este espectro o rango podemos encontrar muy diversas formas de afectación; unos niños/as estarán muy afectados al tiempo que a otros nos costará averiguar qué grado de afectación estamos trabajando. Observaremos comportamientos y actitudes muy diferentes. Podemos encontrar desde niños que no comprenden lo que les decimos ni tampoco saben expresar sus sentimientos, hasta niños con baja afectación, que tan sólo nos dan a conocer alguna muestra.
En cualquier caso, podemos trabajar en el agua de forma muy efectiva y divertida con ellos. Para trabajar estas clases es necesario trabajar mucho la empatía, saber colocarnos en el lugar de la otra persona. Debemos no frustrarnos si el niño no ejecuta un ejercicio determinado, pues quizás no lo ha comprendido y, aún más, no sabe expresarse y hacernos llegar sus sentimientos y emociones, quizás no sepa cómo decirnos “no se hacerlo” o “no sé qué es lo que quieres que haga”.
Sepan o no sepan nadar, el trabajo en el agua va a ser muy beneficioso; de cualquier manera estaremos trabajando y potenciando unas habilidades u otras. Trabajamos la familiarización al medio acuático, flotación, fuerza y coordinación de brazos y piernas, giros, respiraciones. Este trabajo requiere esfuerzo, se cansan, les ayuda a liberar tensiones, les ayuda a relajarse. Trabajamos mucho el contacto visual y la sociabilidad por medio de juegos-ejercicios. Conseguiremos en muchas sesiones que el niño/a trabaje la relajación, libere tensiones, se exprese corporalmente en un medio en ingravidez: el agua. Cada niño/a es un mundo y deberemos estar muy atentos a sus reacciones, movimiento corporal, feedback de la familia… Como diría Glenn Doman “la familia no es el problema, es la solución”. Por lo tanto, vamos a trabajar en el agua con las familias y sus hijos, vamos a enseñarles a canalizar esos sentimientos, a enseñarles otra vía de comunicación: gestual y emocional. Los profesionales trabajamos quizás unas horas a la semana con ellos, cuando realmente las familias pueden trabajar con sus hijos 24 horas al día.
Un consejo: el uso de material en el aprendizaje de la natación es eficaz y hace posible que niños que no saben nadar floten (manguitos, etcétera). Sin embargo con el material no podemos trabajar las sensaciones en el agua, sensación de flotar, de sentir el arrastre del agua con brazos y manos, sensación de apoyos en el agua para el correcto desplazamiento… Si es posible, evitad el material y potenciad el contacto humano.
En definitiva, muchos aspectos que pueden resultar difíciles de trabajar en el medio terrestre devienen en eficaces en el medio acuático.
Francisco Sánchez Aguilar
4 comentarios
soy instructor de natacion pero me gustaria trabajar con estos niños especiales se ve y se siente interesante realmente bien ayudar a esas personas, me gusta
Me gustaría saber dónde encontrar un lugar don así para mí hijo
Hola.quisiera saber donde puedo llevar a mi hijo de 8 años con tgd a nadar o realizar otra actividad deportiva.soy de capital . gracias
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