Creo que mi hijo sufre bullyng. Las burlas o bullying son acciones que se llevan a cabo con el objetivo de desacreditar o ridiculizar a una persona. En la infancia, los niños tienen que enfrentarse a ellas y en la gran mayoría de las ocasiones aprenden a manejarlas. Lo cierto es que en algunos casos este fenómeno traspasa límites y se convierte en un problema de dimensiones mayores.
La infancia es un período frágil, puesto que es en este momento donde se desarrolla la identidad y personalidad de una persona. El amor propio y la autoestima pueden verse dañados con este tipo de menosprecios por lo que es importante que sepamos tratarlos y enseñar a nuestros hijos a afrontarlos de una forma saludable.
Pero, ¿por qué se burlan de tu hijo?
Probablemente te preguntes cuál es la razón, por qué a tu hijo y no a otro. Las razones pueden ser muy variadas:
- Tu hijo es diferente a los demás niños en algún sentido. Es muy habitual cuando un niño presenta unos rasgos diferentes al grupo tendiendo a ser señalado. Generalmente suele tratarse de rasgos físicos. Si tu hijo es más bajo, más gordo o más alto, es probable que esta causa sea el origen. El hecho de ser visiblemente diferente a los demás, será un motivo para generar críticas.
- Tu hijo actúa de un modo diferente a los demás o sus circunstancias son diferentes a las del grupo. Cualquier diferencia con el resto de niños sea del tipo que sea, se convertirá en una razón para propiciar conflictos. Las causas pueden ser muy variadas: que tenga un acento diferente, que corra de forma diferente o que haya nacido en un país diferente.
- La respuesta a las burlas es importante. Todos los jóvenes reciben burlas en un momento u otro, o por un motivo u otro. Sin embargo, estas burlas pueden intensificarse o hacerse habituales si el niño reacciona mal frente a ellas. Esto será un motivo para que sus compañeros continúen con ellas o las lleven a un nivel superior.
¿Qué podemos hacer nosotros como padres para afrontar el bullying?
Nuestra función será imprescindible y podrá reflejarse en dos niveles.
Humor
Para prevenir el malestar y el sufrimiento que estas burlas ocasionan sobre nuestros pequeños, el amor y la comprensión serán fundamentales para reforzar sus seguridad.
El sentido del humor puede convertirse en la mejor medicina. Además es una forma de lograr que nuestros pequeños vean el problema desde una perspectiva diferente.
El arte del chiste puede resolver más problemas de los que imaginamos. Es importante aprender a relativizar los comentarios ajenos a través de bromas o historias cómicas.
Si logramos que nuestros hijos aprendan a reírse de sí mismos, habremos conseguido algo muy importante. No sólo aumentaremos su capacidad para afrontar las críticas de los demás sino que estaremos inculcando valores tan importantes como la humildad o el optimismo.
Es muy importante que busquemos la forma de hacerles entender que la opinión de los demás es importante pero hasta cierto punto.
Si aprenden desde la infancia a aceptar las críticas constructivas tendrán una gran capacidad para crecer y evolucionar.
Para ello será muy importante que aprendan a identificar qué críticas pueden ayudarles a mejorar y cuáles no.
Ignorancia
En el segundo caso, lo mejor será ignorarlas y no darles más importancia de la que tienen.
En el caso de aquellos niños más sensibles será más recomendable que se produzca una intervención por parte de los padres o bien hablando con los niños “agresores” o con los padres de estos en caso de que la situación se convierta en algo habitual.
Bajo ningún concepto debemos enseñar a nuestros hijos conductas violentas o inapropiadas para responder a este tipo de ofensas. Podemos hacer que las burlas se acrecienten y estar inculcando valores negativos como la violencia.
Antes de actuar, será importante que tengamos la máxima información que nos sea posible. Averigua de dónde vienen esas burlas, en qué entornos se producen, cuál es la razón, cuál es la reacción de tu hijo y qué sucede después de que estas se produzcan.
Es importante que llevemos un seguimiento dentro de lo que nos sea posible y sin intervenir de forma excesiva. Es importante que la solución al problema la encuentre el pequeño gracias a nuestra orientación y a nuestros consejos.
Si logramos que él mismo encuentre la solución le estaremos proporcionando la dosis definitiva de seguridad que necesita.
Respuestas eficaces
En el entorno más privado, dentro del hogar, podemos enseñar a nuestros hijos respuestas eficaces ante las burlas.
- Ignorarlas: La mayoría de niños burlones se acaban cansando si descubren que no han conseguido obtener ninguna respuesta a sus ataques. En contra de lo que pueda parecer, la indiferencia les agota y les aburre. El refrán “a palabras necias, oídos sordos” lo dice muy bien. Esta es una enseñanza que tenemos que darle a nuestros pequeños porque resulta pacífica y sobre todo eficaz.
- Respuestas veloces: A veces una respuesta rápida puede convertirse en un buen antídoto contra las burlas. Es importante que estas respuestas no sean ofensivas porque de lo contrario estaríamos alimentando esa rivalidad. Asimismo se acrecentarían los conflictos. Hay frases ingeniosas y pacíficas que pueden dejar fuera de juego al niño “acosador”.
El juego es la herramienta definitiva para que un niño adquiera conocimientos. Podemos inventar juegos que ayuden a practicar a nuestros hijos estas situaciones.
Jugar a las burlas e interpretar el papel del niño acosador para que nuestro hijo practique nuevas respuestas puede ser una buena forma de entrenamiento.
De esta forma podremos enseñar a nuestro hijo a responder de forma pacífica, ingeniosa y adecuada para que el problema se solucione cuanto antes.
No en vano, si ves que el problema persiste debe ponerlo en conocimiento al tutor en su escuela para que tome las medidas adecuada para estos casos.
Un comentario
Los comentarios están cerrados.