Todo comienza con esa risa que aparece en el bebé como una mueca de naturaleza fisiológica (respuesta a estímulos internos, a la sensación de bienestar) y que los adultos interpretamos de manera positiva.
Hacia las 4 o 6 semanas esta risa comienza a manifestarse como social, ya que se considera que va unida al interés de las personas y se manifiesta como una respuesta a estímulos externos.
Las respuestas a estímulos externos se irán desarrollando a medida que el bebé va creciendo:
- A los 6 meses la risa se desencadena mediante el juego físico como pueden ser las cosquillas
- A los 9 meses empieza a ser capaz de entender el mundo que le rodea y empieza a hacer asociaciones. Cuando cambiamos algo en la norma que no entra dentro de sus expectativas, le entra la risa.
- A los 18 meses le divierte el tirar las cosas al suelo, salir corriendo cuando le llamamos,… El lenguaje aún no se ha desarrollado y por ello, el humor del niño sigue teniendo un componente físico y motor importante.
A los 3 años se consolida la memoria, y junto al perfeccionamiento del lenguaje (dotándose de un componente más semántico) influye en el sentido del humor de los más pequeños. Los chistes cortos infantiles para niños son un recurso para descubrir el humor en los más pequeños de forma divertida. En esta etapa, en cuanto a la memoria, les hacen gracia todas las cosas que se salgan de las normas que recuerdan. Por ejemplo, ponerse un calcetín en la mano, un pañal en la cabeza, etc.
En lo que se refiere al lenguaje, por ejemplo les hace gracia cambiar palabras en las canciones que se saben.
Es a los 5 años cuando el humor empieza a tener un componente más social y lingüístico. Para él será divertido todo lo que no es socialmente aceptable. Por eso, el humor escatológico es típico de estas edades. Si no prueba a decirle a tu hijo: “caca, culo, pedo, pis”
Entre los 6 y los 12 años es una etapa en la que ríen continuamente y lo hacen de manera espontánea y fácil. Estamos ante el periodo sensitivo perfecto para que ayudemos a nuestros hijos a afrontar la vida con el buen humor y que sea el recurso que les guía para afrontar problemas.
En estas edades aparecen los chistes como recurso…
Los chistes son un estímulo beneficioso para la salud de los más pequeños en esta etapa y ofrecen ventajas para desarrollar su buen humor como por ejemplo:
- Desarrollan su vocabulario
- Mejoran su autoestima y la seguridad en sí mismos.
- Fomentan la creatividad
- Activan la agilidad mental
- Les hace ser más alegres y amables
- A medida que crecen los niños, el sentido del humor reflejará en ellos la madurez mental y reforzará las relaciones sociales. Así, la risa habrá que practicarla, disfrutarla y…. Fomentarla.
Cómo fomentar el buen humor desde casa
- Ser el modelo de los hijos. Es necesario que los padres sonrían más, cuenten historias divertidas, jueguen diariamente con ellos, etc. Para ser el ejemplo donde los niños aprendan a desarrollar su buen humor. El libro 97 juegos para hacer reír a un bebé puede servirnos de inspiración para encontrar trucos y bromas visuales sencillas que no requieren ninguna habilidad especial.
- Que haya un ambiente agradable en el hogar: Los ambientes tensos no contribuyen a que las personas se sientan bien. Al entrar en casa los padres deben dejar los problemas fuera y crear un ambiente idóneo para sus hijos.
- Enseñar a que se rían de sí mismos. Si por ejemplo se le cae el plato mientras come, se tropieza, se da un golpe con algo, lo primero que deben hacer los padres es reírse junto a ellos.
- Enseñar a disfrutar de las “cosas pequeñas”. Son los momentos más sencillos los que muchas veces dará felicidad a vuestros hijos como una conversación con ellos, disfrutar pasando tiempo en familia, etc
Actividades que te ayudarán a impulsar el buen humor de tus hijos
Algunos juegos y actividades que podremos practicar para fomentar el buen humor en los hijos además de contar chistes pueden ser estas:
- Salir a pasear y a jugar
- Guerra de almohadas.
- Leer juntos tebeos o cómics divertidos
- Ver juntos películas de comedia.
- Contar anécdotas de cuando éramos pequeños
- Hacer comentarios que sean divertidos pero que la expresión de nuestra cara sea seria.
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Autor: Borja Quicios
Licenciado en Psicología con especialidad en Educación por la Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Psicomotricidad Vivenciada y Coach educativo. Autor y fundador del blog Padreehijos.
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