Los estereotipos de género comienzan ya desde la primera infancia, al nacer, y determinan un proceso mediante el cual los niños y las niñas aprenden a comportarse de una manera definida y acorde con las creencias, valores y actitudes de la sociedad en qué viven. Por tanto, dichos estereotipos de género marcan la vida y aspectos cruciales como la manera de pensar, actuar, hablar, etc.
Estereotipos de género: Desde el colegio…
Los niños y las niñas a lo largo de su desarrollo van adquiriendo una educación en valores de la que aprenderán las habilidades sociales que les ayudarán a moverse por el mundo. Este tipo de destrezas las irán aprendiendo a partir de su manera de relacionarse con el entorno que les rodea.
La escuela es un espacio importante para la obtención de las cualidades mencionadas dentro del entorno que envuelve a los niños. Hace más de 30 años que los niños y las niñas estudian juntos en las aulas optando por la coeducación. Es decir, se escoge ir más allá de la educación mixta basándose en el reconocimiento de potencialidades e individualidades de los niños y las niñas, independientemente de su sexo.
Mucho camino por recorrer
Pero parece que aún queda mucho camino por recorrer ya que recientes estudios hecho en las universidades de Nueva York, Illinois y Princeton indican que las niñas a la edad de los seis años tienen ideas preconcebidas en las que asocian una mayor brillantez intelectual al género masculino.
Por tanto, aunque la educación sea mixta en muchos colegios, todavía se mantiene una educación que transmite estereotipos de género en la que se potencian determinados atributos basados en el género del individuo. Por ejemplo, en el tiempo de descanso los niños jugarán al futbol y las niñas no. Si ocurre lo contrario, es decir, se ve a una niña jugando al futbol en el patio y a un niño que no lo hace, se les considera raros.
El estudio que alertó del problema
Este estudio nace de una colaboración entre las universidades de Princeton, Nueva York y Illinois y fue publicado en la revista Science.
En él participaron 400 niños que los investigadores repartieron grupos de cinco, seis y siete años de edad para participar en 3 tipos de pruebas.
Los resultados que se obtuvieron en la primera de las pruebas sugerían que:
- A los 5 años, los niños asocian la inteligencia con su propio género a partes iguales. Es decir, que inicialmente tanto los niños como las niñas creen que su propio género es “brillante”. En la prueba los niños escogían hombres y las niñas mujeres el 75% de las veces.
- A los 6 años, los niños seguían escogiendo hombres como muy inteligentes el 65% de las veces y las niñas solo escogieron su propio género el 48% de las ocasiones.
Esto indica que las niñas empiezan a verse a sí mismas con menos talento que los niños a partir de los 6 años.“Las niñas empiezan a verse a sí mismas con menos talento que los niños a partir de los 6 años”
La segunda de la pruebas exploraba que género esperan los pequeños que obtenga las mejores notas. En él se vio que las niñas entre 5 y 7 años relacionaban a su género con las buenas notas pero estos logros no los relacionaban con la inteligencia.
En la tercera y última prueba se invitaba a los niños a jugar a un juego de mesa. Este se describía para algunos como “un juego para niños listos”, mientras que para otros se describía como “un juego para niños que se esfuerzan”. En él se descubrió que había la misma probabilidad de que las niñas y los niños se interesaran por el juego del esfuerzo, pero las niñas estaban mucho menos interesadas en ”el juego para listos”.
Las conclusiones a las que se llegan con este estudio sobre los estereotipos de género son poco alentadoras. Sugieren que el problema se agrava con el tiempo y afectará a las decisiones futuras de los niños y las niñas en su educación.
Autor: Borja Quicios
Licenciado en Psicología con especialidad en Educación por la Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Psicomotricidad Vivenciada y Coach educativo. Autor y fundador del blog dehijosypadres.
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