Generan una situación incómoda que es muy común durante el año escolar: los sobrenombres o apodos. Según las estadísticas el 90% de los niños entre 6 a los 13 años son víctimas de insultos y humillaciones tanto por parte de sus compañeros como de los adultos.
El primer día de campamento o ludoteca los niños conocen a gente nueva de su misma edad, nuevos monitores, etc. Al formarse las nuevas relaciones a parecen las primeras etiquetas, los apodos y las búsquedas de estatus en el nuevo entorno social.
Lo que ocurre cuando se etiqueta con un apodo
Cuando le ponemos un calificativo a alguien muchas veces acaba por ser su apodo. Por ejemplo, llamar gordo todo el rato a un niño y al final ese niño acaba siendo conocido por “gordo”. Además, al estar denominándole de una determinada manera durante un largo periodo, hace que el niño termine por asumir que es así.
Existen dos tipos de etiquetas:
- Etiquetas negativas.Son aquellas que censuran al niño o le desaprueban. Contribuyen a un descenso bastante importante de autoestima. Entre este tipo de etiquetas podemos encontrar: “el gordo”, “el enano”, “el vago”,… Aunque no son las únicas etiquetas que le pueden afectar
- Etiquetas positivas.Son aquellas que aprueban de manera exagerada algún aspecto o habilidad del niño. Otorgarle este tipo de etiquetas al niño puede afectarle mucho, ya que muchas veces el niño no podrá llegar a la altura de lo que la etiqueta dice de él. Entre este tipo de etiquetas encontramos: “eres el mejor”, “el más guapo”…
Lo que nos queda claro es que etiquetar a los niños y por extensión ponerles apodos afecta y trae consecuencias a los más pequeños y por tanto se debe de evitar.
Consecuencias
Los apodos empiezan a aparecer sin ninguna intención ofensiva a partir de los 4 años, pero empiezan a molestar a quienes los reciben. Estos suelen basarse en etiquetas sobre su aspecto físico, raza, clase social, capacidades, etc.
Este tipo de conducta es considerado como bullying y los niños que son más propensos a sufrirlo son aquellos que presentan un retraso madurativo en su desarrollo, como por ejemplo crecer más despacio. Esto hace que se vean más débiles que el resto y cómo consecuencia su desarrollo emocional sea también más tardío.
Los apodos afectan la autoestima de los niños, generándoles problemas de identidad. Sobre todo cuando, son discriminatorios, resaltan defectos físicos o de comportamiento, cuando son ofensivos y en los casos en que son degradantes. Esto hace que de manera inconsciente el niño adopte un estilo de vida lleno de sentimientos de inferioridad.
Además es importante saber que los sobrenombres influyen en la química de las conexiones nerviosas del cerebro y pueden condicionar la conducta.
Qué puede hacer el niño frente a los apodos
Los expertos coinciden en que el daño es mayor si el niño no puede defenderse o resolverlo por sí mismo. Por tanto la mejor manera de evitar que los niños sean víctimas de este tipo de acoso es importante que aprendan a:
- Expresar claramente sus sentimientos.
- Marcar los límites con los demás. Saber decir No.
- Mostrar respeto hacia los demás para poder exigirlo.
- Trabajar la autoestima. Todo el mundo es igual de importante que los demás.
- Ser tolerante con los demás.
Qué pueden hacer los adultos
Evitar la aparición de apodos o sobrenombre es algo que deben abordar los referentes del niño como son los padres, los familiares de su entorno o profesores.
Algunos consejos son:
- Empatizar con los posibles errores que como toda persona, pueda cometer, haciéndole entender que errar es humano y que de los errores incluso se pueden obtener grandes aprendizajes.
- Enseñarle a ser asertivo
- Que se sienta escuchado y comprendido por su entorno
- Enseñarle a manejar sus emociones.
- No acostumbrar a dirigirse con apodos a los miembros de la familia.
Autor: Borja Quicios
Licenciado en Psicología con especialidad en Educación por la Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Psicomotricidad Vivenciada y Coach educativo. Autor y fundador del blog Padreehijos.
3 comentarios
Lo que quiero saber es que si se le pone de apodo a un niño porque a su abuelo, tío, etc. Le decían así y este niño se parece en algo, si afecta su identidad. Cuando va a la escuela le llaman por su nombre real.
Osea si pero si a un niño se lleva bien con una niña o algo así y le empiezan a burlar eso es el daño que acabo de leer o no?es lo que me intriga saber saludos
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