Reflexión típica de esta época del año: pero ¡qué rápido se ha pasado el año, casi ni nos hemos dado cuenta! Sí, es un topicazo, lo sé, pero una vez más es la realidad que nos acompaña cuando rasgamos la penúltima hoja de nuestro calendario y nos encontramos con esa solitaria página llamada diciembre.
Y sí, me pongo melancólica porque es cierto que hace un suspiro estaba frente a este ordenador escribiendo “10 tips para un verano 10” y la Navidad no iba a ser menos, también se merece una lista de ideas geniales para que esta época del año tenga magia de verdad, de la que no se vende en los grandes almacenes. Y aunque es probable que no a todos nos apetezca de igual manera la celebración de estas fiestas por diversos motivos, si habéis llegado hasta este artículo es porque tenéis niños en casa, niños que os han devuelto a vuestra propia niñez y que merecen que les creemos su propio cuento de Navidad.
1. Decora tu casa… en familia
Porque no hay nada más navideño que el momento de sacar las cajas que contienen color, purpurina e ilusiones e ir colocando todo en nuestro árbol, en nuestro belén…
Cuando llegan niños a casa, o por lo menos eso ha ocurrido en mi casa, hay dos cosas que han cambiado: en primer lugar mi tradición de poner el árbol en el puente de la Inmaculada se ha desvirtuado en casi lo pongo antes que El Corte Inglés, pero quién puede resistirse a una vocecilla de dos años diciendo “ya viene Navidad”, pues eso que el 1 de diciembre el árbol ya está puesto en casa; otra cosa que también hemos tenido que modificar es la decoración propiamente dicha.
Todavía no nos atrevemos a poner el árbol grande (por eso de que se lo tire encima o rompa todas las bolas) y el año pasado hicimos un árbol con fieltro que este año volverá a ser el protagonista de nuestro salón. En este post os contaba cómo lo habíamos hecho por si os interesa y queréis hacer algo similar. Algún día volveremos a poner el “de verdad”, mientras tanto toca adaptarse. También hay distintas opciones para poner un belén sin miedo a que nos rompan alguna figura.
Podéis o bien montar el belén que me hacía mi abuela de pequeña donde la Bella y la Bestia eran San José y la Virgen y los Frutis los pastorcillos… (sí, mi abuela tenía mucho arte en esto de reutilizar mis juguetes) o echar un ojo a las opciones que nos presentan Playmobil, Pinypon…
2. Tarjetas de Navidad con un toque muy personal
Sus manitas plasmadas en una cartulina pueden ser la mejor felicitación que podamos mandar a nuestros familiares. Además, este tipo de tarjeta tiene una implicación muy importante: el tiempo que pasaremos haciéndolas juntos. Las manualidades en familia siempre son un gran plan. En Pinterest hay muchísimas ideas por lo que sólo os queda preparar una zona a prueba de manchas, organizar el material y disfrutar. Os dejo un enlace con algunas ideas.
3. Empápate de Navidad visitando la decoración de alguna ciudad
Puede ser la tuya o no. Todas nuestras ciudades se visten de gala en estas fechas y cualquiera de ellas será una opción perfecta para una tarde bonita de verdad. Yo este año me decantaré por Alcalá de Henares, donde actividades y atracciones para todas las edades configurarán la Ciudad de la Navidad. Un Papá Noel de 10 metros, mercadillo de artesanías, una noria, una gran pista de hielo, un tobogán de trineos, trenes turísticos y un gran belén, entre otras cosas, formarán parte de este gran espectáculo. Desde el día 1 de diciembre hasta el 7 de enero podremos disfrutar de ello.
4. Cada día una sorpresa: el calendario de adviento
En este apartado tenemos dos opciones: disfrutar del tradicional calendario de adviento con chocolates que iremos descubriendo cada día o preparar un calendario de adviento tradicional donde iremos guardando regalitos para abrir cada día. Lo mejor de estos regalos es que serán planes para realizar en familia o pequeños detalles de esos que enamoran.Os dejo algunas ideas.
Nosotros somos de calendario de adviento dulce y más este año que hemos encontrado un calendario de adviento apto para niños con alergia a la proteína de la leche de vaca (nuestro hijo es alérgico). Os dejo el enlace por si alguien más se encuentra en nuestra situación.
5. ¿Un cuento navideño cada día? ¡Claro! Y películas también
Todos los artículos que escribo intento enlazarlos con cuentos o libros infantiles y la Navidad es una época perfecta para la lectura. Canción de Navidad de Charles Dickens puede ser una buena opción si nuestros niños ya son más mayores.
Para los más peques podemos leer La noche de reyes de Carmina del Río (Editorial Salvatella, a partir de 3 años) donde Juan es un niño que nos cuenta lo que siente esa noche mágica o Emma y la Navidad de Jutta Bauer (Lóguez Ediciones de 1 a 3 años), libro perfecto para niños en torno a dos años y que como Emma viven la Navidad de forma consciente por primera vez. Y, ¿qué me decís de las películas? Cuando era pequeña ver Solo en casa o T formaban parte de nuestra tradición particular. ¿Qué películas añadirías vosotros?
6. Ropopompom y sé el alma de la fiesta
¿Qué sería de la Navidad sin villancicos? Serán la banda sonora de muchos momentos, mientras decoramos la casa, hacemos galletas con los peques… Os dejo el enlace a la playlist “Navidad” de Spotify y si lo vuestro son los villancicos más tradicionales tomad nota de esta playlist.
7. No nos olvidemos de los demás: donación de juguetes y mercadillos solidarios
En este punto os animo a que entréis en Reyes Magos de Verdad. “Un grupo de siete amigas lanzaron un día un e-mail a sus contactos para conseguir regalos y llevarlos el día de Reyes a un centro de niños sin familia. La red ha crecido tanto que lo que empezó llegando a 150 niños, llega hoy a más de 9.000 niños y ancianos. En el mes de octubre, las coordinadoras se pusieron en contacto con los centros y parroquias que necesitan ayuda y se les indicó que debían ir pidiendo a niños y ancianos que escribieran su carta a los Reyes Magos. A partir del 10-11 de noviembre se abre el plazo de inscripción en la página web. Las personas que quieren convertirse en el Rey Mago de un niño o un anciano, se inscriben rellenando el formulario de inscripción”.
Más tarde en el correo electrónico que hayan facilitado recibirán una carta a los Reyes de las que han escrito esos niños y ancianos. Después deberán entregar a la coordinadora en la fecha indicada el regalo elegido. ¿No os parece un proyecto precioso? A tener en cuenta para el próximo año sin duda.
También, apuntad que el 1, 2 y 3 de diciembre la Fundación Aladina celebra el 10º aniversario de su mercadillo solidario en el Hotel NH Eurobuilding (Madrid).
8. Un poquito de teatro, talleres o similares
Si hay algo que me ha llamado la atención buscando información sobre teatro en estas fechas es que en muchas de nuestras ciudades podremos disfrutar de El Cascanueces. En Madrid, Cáceres, Zamora, Valladolid… Si queréis tomar nota de todas estas actividades os recomiendo la página Sapos y Princesas.
9. Cabalgata, churros con chocolate y roscón de reyes
No puede faltar. Su cara al verlos pasar es un recuerdo imborrable. No hace falta que os diga dónde porque hasta la cabalgata más pequeñita del pueblo más pequeñito va cargada de toda la magia necesaria para este día. Nosotros por nuestra parte hemos instaurado la tradición de verla en familia y después todos a casa a comer roscón, churros… y a dormir que vienen los Reyes Magos. Es un día precioso.
10. Amor y familia que no falten
Y si algo identifica a la Navidad es el tiempo que pasamos en familia. Pues eso, a disfrutar, darnos mucho amor, pero no ahora porque sea Navidad, siempre. Por mi parte no me queda más que desearos la mejor de las Navidades, kilos de magia para los niños y que el 2018 sea muy especial.
Ana Sevillano
Soy Ana, periodista y profesora de Secundaria, de lo primero ejercí durante algún tiempo como coordinadora de una revista dirigida a profes y mamis y papis de niños de 0 a 3, de lo segundo no literalmente, pero sí he trabajado varios años como guía de museos en Madrid para niños. Momento en el que entré en contacto con los más pequeños ya que las actividades eran para criaturitas a partir de tres años. Sí, clases de 25 niños de tres años por un museo lleno de cosas que no se pueden tocar. Casi es más fácil desactivar una bomba. Sin embargo, esta experiencia fue muy especial, y por decirlo de alguna manera me ha marcado y ha convertido en la mamá que soy hoy. Porque sí, ¡ahora soy mamá!, quizá una mamá con más errores que aciertos, pero soy ni más ni menos la que le ha tocado a mi peque. Espero que mis artículos despierten vuestra curiosidad y si queréis leer más de mí estoy en treintamami.
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