Muchas personas que han leído algo sobre Montessori sienten que les encanta, pero no saben por dónde empezar. Es cierto que cuanto más conoces la pedagogía y su mirada a la infancia más te enamora, pero las escuelas que llevan este tipo de proyectos educativos suelen ser de iniciativa privada y por tanto no reciben ayudas de las administraciones, por lo que por razones económicas no suelen ser accesibles a la mayoría de las familias.
Si sientes que este es tu caso estás de enhorabuena, sigue leyendo estas líneas y te daremos unos tips sencillos para que puedas aplicar el hermoso legado que nos dejó María Montessori de una forma sencilla.
Observa a tu hij@
Se habla de esta filosofía educativa como el método de la pedagogía científica, y como tal está basado en la observación. La doctora María Montessori tenía una gran capacidad de observación gracias a la cual logró descifrar, como ella decía, el alma del niño.
La observación montessoriana no es fácil, se caracteriza por una mirada muy pura, libre de juicios ni prejuicios, evitando proyectarnos sobre el niño. Y para esto hace falta aquietar la mente, tener paciencia para que el niño se exprese en toda su esencia y no advierta que le estamos observando, hacer muchas observaciones y anotarlas en un cuaderno que usaremos como registro.
A través de la observación continua y del análisis de los registros podemos detectar cuáles son los intereses del niño, sus necesidades sus periodos sensibles, etc.
De este modo podremos preparar el ambiente de la mejor manera posible para favorecer su aprendizaje de forma natural, así como tomar decisiones sobre cuál es el material que le viene mejor en ese momento.
Adapta tu hogar
“Montessorizar” una casa es mucho más sencillo de lo que parece. Montessori no es un estilo de decoración (últimamente parece que está muy de moda sobre todo en las redes sociales tipo Instagram o Pinterest).
Basta con tomar conciencia de que si queremos fomentar la autonomía de nuestro peque debemos hacerle sentir que no vive en un mundo de gigantes. Cada día es más fácil encontrar mobiliario a su altura, ya no solo mesas y sillas para que realice sus actividades, si no también camitas Montessori a ras del suelo y torres de aprendizaje para que pueda participar en actividades de la vida práctica como ayudarnos en la cocina y en su propio aseo personal.
Transfórmate en un adulto preparado
En nuestra mano tenemos una de las misiones más importantes que podemos hacer en la vida, que es educar a otro ser humano. Cuando tomamos conciencia de que somos un ejemplo para los niños 365 días al año y 24 horas al día nos damos cuenta de la gran oportunidad de crecimiento personal que tenemos cuando tenemos un hijo.
Este es quizá el punto más complicado. La crianza nos presenta retos diarios, algunos días estamos muy cansados o estresados y elevamos la voz más de lo que hubiéramos querido. Muchas veces tenemos que “desaprender” ciertos patrones adquiridos que nos hacen actuar de forma espontánea. No somos perfectos, pero sólo el hecho de replantearnos cómo queremos educar ya dice mucho de nosotros, así que poco a poco podemos ir reflexionando en cómo queremos acompañar la infancia.
Si queremos que nuestros niños sean respetuosos de adultos, no hay nada mejor que tratarles con respeto, si queremos que sean empáticos, seamos capaces de entender sus emociones, aunque a veces nos sobrepasen, y si queremos que sean sinceros no les mintamos nunca, siempre podemos explicar las razones de por qué hacemos las cosas de determinada manera y que sobre todo lo hacemos pensando en lo mejor para ellos.
Dar a nuestros niños raíces para crecer fuertes, con una sana autoestima y seguros de sí mismos es un camino fascinante, que a vez de forma simultánea les proporciona alas para volar solos cuando llegue el día.
¿Qué te parecen estas ideas? ¿Te gustaría que tus peques se criasen en un ambiente se seguridad y amor rodeados de un ambiente que estimule su aprendizaje?
¡Cuéntanos cuáles son tus retos en los comentarios!
Miriam Escacena
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Miriam es fundadora de la asociación de crianza “Entre Nubes”, Educadora de Masaje Infantil por la organización internacional IAIM, instructora de lengua de signos para bebés, instructora de porteo, formadora de La Pedagogía Blanca, Guía Montessori de Comunidad Infantil y autora del libro “Comunicación con Bebés: el Arte de ComunicArte sin Palabras”.
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