Hoy retomamos en el blog un tema apasionante del que ya hablamos hace un tiempo en este otro post y que estamos seguros de que os va a encantar: se trata del apasionante mundo del babysigning o la comunicación temprana con bebés basada en gestos como los que hacen las personas de la comunidad no oyente.
Y para comenzar lo haremos reflexionando sobre un dato realmente impresionante. ¿Sabes cuántas palabras es capaz de comunicar con sus manitas un bebé de tan solo 9 meses al que se le enseña esta técnica desde que nace? ¡Alrededor de 75, guau!
¿Cuántas palabras puede pronunciar normalmente un bebé a esa edad? ¿1, 2? Pues así fue como el doctor Joseph García hizo su tesis en la década de los ochenta: si los papás no oyentes que enseñan lengua de signos a sus bebés desde que nacen logran esta comunicación temprana tan eficaz, ¿se podría aprovechar estos beneficios para bebés oyentes de familias oyentes? Paralelamente surgió el trabajo de las profesoras Linda Acredolo y Susan Goodwyn y de ahí numerosos estudios a nivel universitario con resultados sorprendentes así como grandes best-sellers que han ido difundiendo la técnica por todo el mundo.
La comunicación temprana
Gracias a la comunicación temprana los bebés pueden comunicarnos sus necesidades básicas y deseos de una forma sencilla, evitando además llantos debidos a la frustración por falta de comunicación hasta que aparece el lenguaje hablado. Además, el babysigning es una herramienta excelente para niños con necesidades especiales, para fomentar también el bilingüismo y el posterior desarrollo de la lectoescritura.
Esta técnica se utiliza ya en muchos países del mundo e incluso podemos verla reflejada en el cine. En la película “Los padres de él”, (Meet the Fockers), Robert de Niro interpreta un agente de la CÍA retirado un tanto especial, que enseña a signar a su nieto con mucho interés. Esto nos sirve para darnos cuenta de que en otros países la enseñanza de esta técnica está mucho más normalizada.
¿Cuándo podemos empezar?
Se puede comenzar a enseñar desde el nacimiento, pero lo más útil es practicarlo a partir de los seis meses, cuando los bebés comienzan a mantenerse sentados y a señalar con sus manitas aquello que les interesa. Del mismo modo que les enseñamos a tirar besitos o a decir adiós podemos enseñarles a comunicarnos que tienen hambre, sueño, el pañal mojado, alguna molestia o dolor, etc.
Poder adentrarse en la cabecita del bebé, saber lo que piensa y cómo percibe el mundo es una experiencia maravillosa que además refuerza el vínculo afectivo y los lazos de unión en la familia.
Quiero más información
Si queréis saber un poco más sobre este apasionante mundo os invitamos a ver este vídeo o a solicitar el ebook Empieza a signar con tu hijo y si ya estáis con ganas de comenzar a aprender a signar con vuestro bebé no dudéis en tomar un curso con una instructora certificada y contarnos vuestra experiencia, ¡nos encantará!
Miriam Escacena
Miriam es fundadora de la asociación de crianza “Entre Nubes”, Educadora de Masaje Infantil por la organización internacional IAIM, instructora de lengua de signos para bebés, instructora de porteo, formadora de La Pedagogía Blanca y actualmente se está formando también como Guía Montessori de Comunidad Infantil. La puedes encontrar en: Comunicacionconbebes.com, Facebook y Twitter.
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