Aquí os dejamos un manual de la vuelta al cole para padres. Pasaron los días de vacaciones y la vuelta al cole ya es una realidad. El despertador vuelve a sonar pronto y debemos adaptarnos a esta nueva situación donde es probable que tengamos que hacer frente a muchos cambios: horarios, nuevos cuidadores, maestros, amigos y para muchos, nuevo colegio.
Nuestro papel como padres es fundamental en el proceso de adaptación a las rutinas que supone volver al cole. Estas recomendaciones o sugerencias para los primeros días ayudaran a emprender este nuevo año lectivo con mejor ánimo:
Deberemos ser mucho más pacientes y tolerantes durante los primeros días, ya que es normal que nuestros hijos muestren cambios de humor debido a las modificaciones de horarios y al nerviosismo que les supone esta nueva etapa.
Sabemos que los cambios en rutinas y normas provocan alteraciones en el estado de ánimo de nuestros hijos, por lo que nos armaremos de paciencia sabedores de que con el paso de los días las posibles rabietas, enfados, llantos … se irán mitigando.
Como padres, debemos ser positivos y saberles transmitir confianza y seguridad, especialmente a los más pequeños que se inician en el mundo escolar.
El primer día de cole es importante que seamos nosotros, los padres, quienes acompañemos a nuestros niños. Recordemos que es un día muy especial y este día se debe compartir con ellos. Acompañarles les proporciona seguridad, tranquilidad y confianza.
Es importante que nos despidamos adecuadamente
Las despedidas deben transmitirles la misma confianza y seguridad que les proporcionamos cuando les acompañamos de camino al cole. Deben ser cortas y cariñosas: un abrazo, un beso y nos marchamos, eso sí, nunca a escondidas. Marcharse a escondidas, por muy tentador que parezca porqué pensamos que así evitamos que nuestro bebé o niño llore, es contraproducente, ya que puede hacer los que los niños se sientan abandonados. Además, una despedida prolongada solo podría servir para reforzar la sensación del niño de que el cole es un lugar malo.
Los objetos de transición (una foto familiar, un muñeco especial o una manta favorita) también pueden ayudar a consolar a nuestros niños. Asimismo, recordemos que una vez que nos vamos, la gran mayoría de niños dejan de llorar y al cabo de unos minutos están jugando normalmente con sus nuevos compañeros.
Al final, todo se acaba superando con grandes dosis de amor, paciencia, tolerancia y comprensión.
Sara Tarrés Corominas
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