Olor a libros nuevos, nos encanta el olor a libros nuevos. Es un aroma que nos traslada a nuestra niñez. Tomás estrena este año libros en el colegio y al abrirlos hemos vuelto a notar ese maravilloso olor.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces, aún recuerdo mis primeros días de clase, esas mochilas cargadas de libros, esos estuches de lata o madera repletos de lápices de colores…
Tengo muy buenos recuerdos de mi etapa escolar, de los momentos que vividos junto a mis compañeros, de las tardes de juego en la calle. Fue un tiempo increíble, pero como decía antes, las cosas han cambiado mucho desde entonces, me da la impresión de que todo es más complicado, más artificial, en definitiva menos natural.
Echo de menos la naturalidad de hace 30 años, las sencillez con la que nos relacionábamos, el cariño que se respiraba entre los vecinos de un mismo bloque. Hoy en día hemos decidido vivir aislados en medio de los demás. Donde vivimos ahora, llevamos 5 años, apenas conozco a nadie, muchos llevan sus vidas de puertas hacia dentro, se han perdido esas típicas expresiones como:
— Cariño acércate a casa del vecino a por un poco de sal.
— ¿Te quedas en casa de la vecina hasta que vuelva?
Tenemos miedo, no nos fiamos los unos de los otros, no quiero decir que todo el mundo sea así, pero sí que las cosas no son iguales. Los medios de comunicación nos bombardean de continuo con noticias duras, todo esto nos ha hecho crearnos un caparazón, como el de las tortugas, que nos “protege” de los demás.
No queremos que Tomás crezca así, no nos gustaría que se guiara por principios como el de piensa mal y acertarás, no te fíes de nadie más que de ti mismo y muchos otros. Ya he entendido que no puedo protegerlo de todo, se equivocará, me defraudará, me mentirá…todo eso lo sé, pero también es verdad que yo lo haré con él.
Después de esta reflexión volvamos al principio, al olor a libro nuevo, al aroma de las tardes de juego en la calle, al “toc, toc” de la puerta del vecino.
Nuestro deseo es que entre todos cambiemos este mundo y que podamos recuperar aquellas cosas que nos hacían vivir en paz y armonía ¿Te apuntas?
Un abrazo
Padres Novatos
Un comentario
Estoy de acuerdo estupendo olor a libros nuevos, me recuerdan la infancia. La alegría e inocencia cuando comprabas uno con tus ahorros, cuando llegaba el de círculo..y estaba deseando abrirlo.
Y esa etapa de confianza, me crié en una calle del centro pero tenía algún amigo en la zona, y podías ir a jugar, cuando habías hecho tus deberes, claro..o en el barrio de la prima el sábado.. Aún más, mi madre nos contaba sus navidades con menos cosas pero el calor de los vecinos, amigos..todos se juntaban, cantaban..eso se pierde…hay aun algunos pequeños pueblos donde hay más contacto, pero es complicado. Yo también quiero un mundo más sano, tranquilo, sencillo, hay que recuperar lo bueno,saludos
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