Cuántas veces habremos dicho esa frase de “no se tira la comida”. Cientos de veces.
Cada persona tira a la basura unos 135 kilos de comida al año. Los expertos afirman que con la comida que se tira en Europa y EEUU se puede alimentar a todo el planeta. El problema ambiental más grave que actualmente estamos sufriendo no es la degradación de ecosistemas ni el despilfarro de recursos naturales, sino su consecuencia directa: la inseguridad alimentaria a la que millones de personas están expuestas, personas que carecen de una dieta que le asegure la supervivencia.
Cambiar esta situación es tarea de todos, desde las distribuidoras de alimentos hasta la ciudadanía que toma las decisiones de compra. En la familia, todos los miembros deben entender su responsabilidad en este sentido, y como no, los niñ@s juegan un papel fundamental en la lucha por un mundo más justo y racional. ¡Es tan importante enseñar a los niños a comer de todo como enseñarles a que tod@s tienen el derecho a comer!
Para enseñarles a ser responsables con la comida podemos seguir unas sencillas pautas, que para cumplir efecto deben ser constantes y continuadas en el tiempo:
– Corrige a los menores cuando tiran comida. Usa un lenguaje adecuado a su edad, cuando son tan pequeños es bueno hablarles en plural, reforzando el sentimiento de colectividad de la familia: nosotros no tiramos comida, nosotros somos responsables…
– Controla las cantidades. Si no queremos tirar comida debemos echar las cantidades necesarias, pregunta a tu hijo cuánto apetito tiene.
– ¡Si no te lo vas a comer, no lo pidas! No permitas que pida alimentos que luego no se va a comer. Los niños pasan por una etapa muy caprichosa, comen por los ojos. Tú conoces a tu pequeño y sabes si le apetece o no.
– Muéstrale alimentos que son típicos de otros países. Podéis hacer una temática, por ejemplo una de comida china, otra tailandesa… podéis leer y conocer características de esa cultura. El objetivo es que vaya adquiriendo conciencia de la existencia de otras culturas y de que todas las personas necesitan alimentarse.
– Y por supuesto, ¡no tires comida! Parece una obviedad, pero si tu hijo te ve tirando comida no servirá de nada las enseñanzas. La imitación es una poderosa herramienta pedagógica. ¡Tú eres su ejemplo!
Miriam Navarro Díaz. Educadora Ambiental.