A medida que los pequeños crecen se vuelven cada vez más curiosos. Tienen la necesidad y el deseo de explorar y descubrirlo todo. Es muy importante que como padres les animemos a ser más intrépidos y con ellos tengan la autoestima bien alta.
También hemos de tener cuidado ya que este es el momento en el que el niño parece no temer nada. Debemos tomar precauciones ya que el abanico de peligros se abre ante nuestro hijo.
Cuándo empieza el reto
Todo comienza en el momento en el que el niño empieza a andar y descubre la libertad que le dan sus movimientos. Además la curiosidad puede con él y no espera el momento de moverse y descubrir en ese mismo momento lo que le interesa. Por ejemplo, bajarse de la sillita en marcha porque ha visto algo que le atrae, tirarse desde lo alto del sofá, o trepar por cualquier lado.
A partir de este momento los retos se convierten en algo fascinante para los niños. Cuanto más inalcanzables son, más les seduce la idea de lograrlos
Los niños se vuelven “descubridores” impulsivos. Este entusiasmo por explorar el mundo se dará a lo largo del desarrollo del niño, y traerán consigo chichones, golpes, heridas, etcétera.
Qué pueden hacer los padres con hijos intrépidos
Que el niño sea intrépido es algo que fundamentalmente tiene que ver con su propia naturaleza, y donde el ambiente en el que se ha desarrollado también tiene un papel importante. Siempre que hablamos de aspectos en la personalidad de una persona, debemos hablar de la interconexión existente entre la genética y el entorno donde se ha educado.
Y es que la genética hace que el nivel de adrenalina de estos niños “valientes” sea más alto que el del resto. Por ello, les cuesta más dominar sus impulsos.
Gracias al entorno en el que se eduquen pueden aprender a controlarlos y llegar a ser disciplinados y ser más tranquilos.
Pero, ¿Cómo hacerlo de tal manera que no limitemos su espíritu aventurero y sin que sufra ningún daño físico?
- Continúo movimiento. Este tipo de niños tienen mucha energía y necesitan “vaciarse” al final del día. Haz actividades con él para que se agote.
- Si el niño es trepador. Si le encanta subirse a todos los sitios no se lo prohíbas. Es mejor enseñarle a hacerlo lo mejor posible
- Mejor no asustarse. Preocuparte en demasía es un aliciente para hacerlo. Ve que le prestas una atención excesiva
- Distráelo. Antes de que el niño empiece a hacer algo peligroso y sin supervisión puedes presentarle alguna actividad divertida y más segura. Además evitas regañinas sin fundamento.
- Sin limitar. Déjale que haga y deshaga a su gusto. No le regañes ni se lo prohíbas. Lo que debes hacer es acompañarle desde cerca y vigilarle desde la distancia.
- Hablar con naturalidad. Si le ves en peligro no le grites porque podría distraerse. Además puede verlo como una llamada de atención. Debes hablarle serenamente y con naturalidad
Autor: Borja Quicios
Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en Educación y Deporte y Máster en Psicomotricidad Vivenciada y Coach educativo.
Autor y fundador del blog DeHijosyPadres.
2 comentarios
mi hija ya tiene 7 años y fue al río con sus tíos en una ocasión y se lanzó en una poza profunda y oscura a pesar de haberle aclarado que no se lanzara, por lo que tuvieron que lanzarse a su rescate y en otra oportunidad que estaba sola con su hermana de 9 años se puso a prender unas tapas plásticas y quemo un pedazo de la cortina. QUE ME SUGIEREN
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