Uno de los momentos importantes en la vida de un bebé es cuando camina. Pero antes, comienza a gatear. Y quizá no le damos la suficiente importancia al gateo y queremos que nuestro hijo ande cuanto antes mejor. ¡Qué equivocados estamos! El gateo es fundamental para el correcto desarrollo cerebral de nuestros hijos. Esto no quiere decir que un niño que nunca gateó vaya a sufrir problemas graves, no, solo significa que gatear aporta grandes beneficios.
A grandes rasgos podemos decir que los beneficios de gatear son múltiples, por ejemplo:
- Se desarrolla la visión.
- El equilibrio.
- La coordinación óculo-manual.
- Fortalece los músculos,
- Aumenta los autonomía de los bebés,…
Ciertamente, el gateo es muy importante para el desarrollo físico, mental y emocional de nuestros hijos, pero hoy en día parece que no les demos tiempo para ello, no les dejamos que gateen todo cuanto ellos harían. Los dejamos poco tiempo en el suelo por miedo a que se ensucien, cojan alguna enfermedad o se hagan daño. Es una pena, ya que deberíamos dejar que se arrastren y se muevan con toda libertad tanto como deseen, dándoles la oportunidad de desarrollar su psicomotricidad y evitando de este modo futuros inconvenientes.
Por lo general, los bebés suelen empezar a gatear hacia los ocho a nueve meses, algunos lo hacen alrededor del año, otros a los seis meses, mientras que hay niños que aprenden a caminar sin haber gateado nunca. Cada niño es diferente y cada uno tiene su propio desarrollo.
Debemos saber que para nuestro bebé esta es una etapa muy importante en su desarrollo evolutivo. Esta etapa, cuando empiezan a gatear les ayuda a fortalecer y desarrollar los músculos de sus brazos, piernas, espalda y cuello, así como las articulaciones de todo su cuerpo.
Además gateando nuestro pequeño explorador desarrolla sus sentidos a la vez que se incrementa su autonomía. Nuestro bebé empieza a desplazarse autónomamente, decidiendo por sí mismo hacia dónde quiere dirigirse, un hecho fundamental que requiere un aprendizaje importantísimo : el de tomar sus primeras decisiones.
Son muchos los pediatras que advierten sobre la tendencia cada vez más al alza de niños que empiezan a andar sin haber gateado previamente. Tendencia que como comentaba anteriormente, se explica por dos motivos fundamentales: la prisa que tenemos los padres para que nuestro hijo ande cuanto antes y el poco tiempo que disponemos para dedicarles atención y dejar que gateen a sus anchas por toda la casa.
Por estas razones que hemos señalado junto con otras que podríamos apuntar, algo más técnicas, los padres deberíamos fomentar que nuestros hijos gatearan libremente y no forzarles a ponerse en pie antes de lo que por sí solos harían.
Sara Tarrés
Máster en Dificultades del Aprendizaje (ISEP)
Postgrado en Psicopatología Infantil (ISEP)