Cuando abrimos un libro de Navidad surgen miles de diminutas estrellas de su interior. Son tan pequeñas que sólo las podemos ver con los ojos del alma. Dicen los más sabios que. en realidad, no se trata de estrellas, sino de polvo de estrellas, y también dicen estos mismos sabios que quien logra ver el centelleo de su luz queda tocado por la magia navideña.…A mantener encendida esa mágica chispa durante todos los días de Navidad nos ayudan renos y camellos, vestidos rojos y gorros de paje real, belenes y árboles engalanados, turrones y uvas, muérdago y flores de Nochebuena...
Este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando este sitio web, aceptas su uso. Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta nuestra Política de Cookies