También es posible ir al colegio respetando el medio ambiente, porque enseñamos a los niños a ser responsables, lo que les ayuda en su crecimiento personal y social, se le enseña a ser independientes y a tener confianza en el criterio de uno mismo.
Desde pequeños les enseñamos a ser responsables de sus actos tanto en sus relaciones sociales (desaprobamos cuando dan una mala contestación y aprobamos que compartan sus cosas), en sus actividades diarias (los deberes, recoger los juguetes…) así como en su comportamiento cívico. Entonces, ¿por qué no los hacemos responsables de la conservación de su entorno? ¡Se trata del mundo en el que crecerán y deben aprender a cuidarlo!
Una vez, dando una charla sobre reciclaje en una clase de primaria le explicaba al alumnado que cada persona genera al día más de 1,5 kg de basura. Una alumna me dijo que era imposible que los niños generaran tal cantidad, que eso sería cosas de adultos. Le expliqué lo siguiente: piensa conmigo, cuando tu mamá te da para desayunar un brick de zumo y al terminarlo tiras el envase a la papelera, ¿de quién es ese residuo?, ¿tuyo qué te has tomado el zumo o de tu mamá que lo metió en tu maleta?, cuando vas a la cafetería y pides un bocadillo de paté, el envase gastado del paté ¿es tuyo o del camarero que te sirve? Los niños suelen tener una visión distorsionada, creen que no generan impacto en el medio porque no compran o hacen la comida. Debemos ayudarles a entender su papel en el Medio Ambiente, tanto su impacto como personas consumidoras, como su importante labor en la conservación del entorno.
¿Y qué podemos hacer? A continuación os detallo algunos cambios sencillos que podéis practicar con vuestros hijos:
- Hacer uso de una fiambrera o tupperware donde guardar el bocadillo en vez de papel aluminio. No solo ahorraréis envases sino que además es más saludable pues el papel de aluminio es contaminante.
Pasaos a la cantimplora y no consumáis botellas de plástico. Además de ecológico, mantendrá el agua bien fresquita.
- Para llevar la merienda, tanto al cole como en las excursiones, lo mejor es que lleven su propia bolsa reciclado. Si la personalizáis será más divertido. Cada español consume unos 238 bolsas de plástico al año. El plástico viene del petróleo, por lo que es un gasto de recursos caro y peligroso.
- Consumir libretas y folios de papel reciclable, así como papel libre de cloro (ECF y TCF). El cloro es un grave contaminador de las aguas.
- ¿Quién quiere clínex? Es más ecológico y barato utilizar pañuelos de tela. Los clínex no se pueden reutilizar, son material orgánico.
- No sucumbáis a la publicidad. Con la llegada del curso escolar nuevo, las grandes empresas bombardean con sus campañas publicitarias incitando a los más pequeños a querer un montón de artilugios. Hacer inventario del año pasado, reutilizar los recursos que todavía sirvan: mochila, lápices, cuadernos…
- Hablar con la dirección del centro o con el profesorado y pedir que el centro también se comprometa instalando papeleras de reciclaje, sobre todo de papel. Un dato: el gasto medio de papel por alumno equivale a 5 kg/alumno/año.
Y por supuesto, no hagas estos cambios sin contarle a tu hijo el motivo, involúcralo, hazle entender su importancia en el mundo.
Miriam Díaz Navarro
Educadora Ambiental. Especializada en Formación y Sensibilización Socioambiental.