La paternidad acarrea muchas situaciones de conflicto entre los padres. Hay peleas, y muchas de ellas son por los distintos estilos educativos que pueden tener el padre y la madre entre sí. Incluso antes quizás de convertirnos en padres, muchos de nosotros nos hemos formado más o menos una idea de qué tipo de padre o madre nos gustaría ser.
Nos hemos imaginado cómo nos gustaría comportarnos con nuestros hijos, qué les consentiremos y qué no, si permitiremos que duerman con nosotros o no, el tipo de educación escolar que nos gustaría que recibieran, las normas y los límites que fijaremos,..
Este tipo de ideas que vamos generando nos prepara para ejercer el trabajo más importante de nuestras vidas: ser padres y educar a nuestros hijos. Cierto es que ser padres nos proporcionará multitud de alegrías y satisfacciones, pero tampoco negaré que es una tarea difícil. En más de una ocasión nos preguntaremos si lo estamos haciendo bien o nos estamos equivocando, cómo deberíamos actuar ante una determinada situación, si aquello que hemos decido hacer será positivo o no para el desarrollo de nuestros hijos o qué tipo comportamientos que como padres deberíamos evitar. Estas y otras muchas incertidumbres nos asaltarán de vez en cuando.
La respuesta a todas estas preguntas a veces no es sencilla y la verdad es que no existen recetas ni manuales que nos enseñen a ser una buena madre o un buen padre, ni existe una única forma de ser padre o madre. Pero lo que sí encontramos siempre son unos elementos básicos que nos ayudan a definir qué tipo de padres somos y en qué podemos mejorar.
Estos elementos básicos que conforman el estilo de padres que somos son el afecto y la comunicación que sentimos y transmitimos, las normas y los límites que ponemos, y la autonomía que fomentamos. La forma de combinarlos es diferente en cada caso, ya que cada uno de nosotros como padre y como madre somos diferentes, difícilmente encontraríamos dos familias iguales, pero en grandes rasgos podemos diferenciar cuatro grandes estilos de proceder y así hablamos de padres con un estilo educativo autoritario, permisivo, indiferente o, al que deberíamos tender todos, democrático.
Veamos como son, a groso modo, estos diferentes estilos educativos o formas de proceder:
Padres con estilo educativo autoritario.
Son padres que se muestran poco afectuosos con sus hijos y con bajos niveles de comunicación. Controlan a sus hijos mediante la imposición de normas y límites rígidos y severos.
Aunque es importante y está bien poner normas y límites a nuestros hijos, si lo hacemos de un modo rígido, nada dialogante, con un exceso de control y una falta de afecto puede provocar en nuestros hijos problemas emocionales como una baja autoestima o depresión, y es posible que a la larga pueda reaccionar con mucha más rebeldía de la que podríamos esperar de un niño o de un adolescente.
Padres con estilo educativo permisivo.
Son aquellos padres que se muestran afectuosos y comunicativos son sus hijos pero que piensan y creen que no deben poner normas ni límites, por lo que el control que ejercen en su comportamiento es mínimo o inexistente.
El amor, el cariño, la buena comunicación entre padres e hijos son fundamentales, pero la falta de normas y límites produce también desorientación y confusión. Todos debemos saber hasta dónde podemos llegar y qué es lo que se espera de nosotros, las normas y los límites son necesarios para que nuestros hijos crezcan de un modo equilibrado, seguro y estable.
Padres con estilo educativo indiferente.
Son padres que demuestran poco cariño y afecto y que además muestran bajos niveles de comunicación con sus hijos. Apenas existen normas, no ponen límites y existe un escaso control a los comportamientos de sus hijos.
Esta forma de ser con los hijos es, quizás, el que más problemas a largo plazo puede causar en nuestros pequeños. Crecer con la idea de que no importas nadie porqué nadie te muestra suficiente afecto y cariño o nadie limita tu modo de proceder puede causar en los niños problemas emocionales y/o conductuales, como baja autoestima, depresión, bajo interés o fracaso escolar.
Padres con estilo educativo democrático.
El tipo de padres que mantienen un estilo educativo democrático, son padres y madres que mantienen altos niveles de afectuosidad y de comunicación con sus hijos. Las normas y los límites con los que controlan los comportamientos de los niños son claros, coherentes y consistentes. Las normas que se establecen en casa se suelen explicar y justificar con un lenguaje comprensivo y adaptado en función de la edad de los niños.
Los beneficios de este estilo de educar son muchos. Nuestros niños crecen en un ambiente donde se sienten queridos, escuchados y respetados. Crecer en un ambiente seguro y estable, con normas y consecuencias claras que guían su conducta propicia en los niños su buen comportamiento, fomenta su autoestima.
No es siempre fácil actual con este estilo de educar, habrá ocasiones en las que tendremos que ser más rígidos o estrictos en el establecimiento de normas, límites y consecuencias, pero lo fundamental es hablar con nuestros hijos y demostrarles nuestro amor incondicional.
Sara Tarrés Corominas.
Psicóloga infantil.
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