Y quitar el pañal…¿para cuando?

Por fin llega el buen tiempo y es hora de plantearse como padre y madre quitar el pañal a nuestros/as pequeños/as de la casa. Ya desde el centro de educación infantil, pueden darnos ese empujoncito que nos hace falta, pero… ¿Es esto lo más adecuado?

El control de esfínteres no es un proceso de aprendizaje; se puede aprender dónde hacemos pipí, pero no a controlarlo, ya que es un proceso de maduración fisiológica, individual y único en cada niño/a, por lo que obligar a dar este paso puede desembocar en frustración para todos.

A continuación, os proponemos algunas claves para ver si están preparado/as y cómo afrontarlo.

Algunas claves a tener en cuenta basadas en la teoría Montessori

1. Es importante esperar a que nuestro/a niño/a esté preparado, es necesario ver indicios de autonomía en ellos/as para propiciar el control de esfínteres, cada uno tiene un ritmo distinto. No te pongas una fecha límite para el comienzo. Podríamos frustrarlo.
2. Según María Montessori, la etapa de comienzo no tiene por qué coincidir con el clima, es decir, si nuestro/a niño/a está listo en invierno, no nos debe preocupar la humedad, sino que el/la pequeño/a esté preparado/a fisiológicamente. No es necesario hacerlo en el verano después de cumplir dos, de hecho, hasta los cinco años y medio o incluso los seis, no controlan conscientemente la retención de pipí; por lo que es un proceso de etapas y madurez.
   1. Algunos signos de estar preparado:
      1. Pañal cada vez más seco, nos indica que va reteniendo pipí.
      2. Le molestará el pañal “pica el pañal”.
      3. Querrá hacer pipí como los “mayores”.

3. El espacio debe estar acondicionado. Si nosotros/as pretendemos que tenga autonomía, debemos ponérsela a su alcance. Orinal, toallitas, papel higiénico, que pueda ser autónomo en cuanto al acceso a todos los recursos que necesita.
4. Cuando empecéis con este proceso, es conveniente que le ofrezcamos la idea de ir al baño de forma repetitiva hasta que se acostumbre a pedirlo, pero sin “atosigarlo”. ¿Tienes ganas de ir al baño?, “cuando tengas ganas, dime pipí o quiero hacer pipí, ¿vale cariño?”. Es importante darle la pauta de cómo lo tiene que hacer y asegurarnos de que lo ha entendido, siempre con un tono relajado.
5. En el inicio, puede haber muchos “escapes”. Cuando se haga “pipí” encima, nunca regañarle, hay que ser empáticos con ellos/as, están aprendiendo, debemos enseñarle de las situaciones nuevas o estresantes. Con un tono cariñoso podemos reconfortarle, “no pasa nada”. Preocúpate por lo que le ha pasado, “¿no te ha dado tiempo?”, y anímales con un “la próxima vez seguro que te da tiempo”.
6. Prémiale con elogios y palabras de ánimo, no con regalos. Es algo de la vida cotidiana, que debe verlo con normalidad y algo que debe lograr por sí solo; si lo acompañamos de regalos, se acostumbrarán a conseguir metas siempre a cambio de algo en lugar de por autonomía o superación. Algunos de los elogios pueden ser “¡campeón/a!, has hecho pipí o caca en el orinal”, “¡qué bien, lo estás haciendo estupendamente!” Premia más lo que hace bien e ignora lo que haga mal, es una forma de que lo siga intentando y perfeccionando.
7. Muchas veces, los papás y mamás, tendemos a sobreproteger a los pequeños/as, y vamos a “terminar de limpiar” ya que pensamos que ellos/as no lo han hecho bien, pues, en ese caso… ¡no le ayudamos!, debemos de pautarle o guiarle cómo hacerlo, y que ellos/as se aseguren de que lo han hecho bien. Si “rematamos” lo que han hecho, no se esforzarán en mejorar. “límpiate bien, para que no se moje la ropa interior…!”.
8. El proceso puede dividirse en pasos donde se muestre con claridad EL DÓNDE Y CÓMO. Para ello, seguimos una técnica de modificación de conducta que se llama encadenamiento. Esta técnica es la que usamos para aprender a atarnos los cordones, para aprender a vestirnos… La secuencia puede ser la siguiente:

• Nos bajamos los pantalones.
• Nos bajamos la ropa interior.
• Luego nos sentamos o acercamos al orinal o wáter.
• Nos limpiamos (explicación de cómo hacerlo).
• Tiramos el papel a la papelera.
• Nos subimos la ropa interior.
• Nos subimos la ropa.

En todo momento, se debe premiar el proceso… ”así, muy bien”

La secuencia de pasos, necesita ser explicada, es decir, que el adulto vaya diciendo que hacer en cada momento. También le podemos ir preguntando… “ahora… ¿qué hacemos?”. Al principio le iremos ayudando con el vestido, pero luego le debemos poco a poco ir retirando la ayuda. Así, también se trabaja la autonomía de vestirse.

¿Y a la hora de dormir?

Muchos papás y mamás, le dejan el pañal a la hora de dormir. Al principio os puede dar seguridad, pero todo lo que hemos hecho durante el día…lo podemos deshacer por la noche. Los “accidentes” nocturnos pueden ser al principio muy frecuentes, incluso hasta una avanzada edad.

• Protege el colchón con un protector de plástico de forma que no moje la cama
• Si ocurre esto por la noche, no regañar al niño/a, sino decirle que la próxima vez lo hará mejor.
• Evitar que beba mucha agua antes de dormir
• Hay que crear el hábito de hacer pipí antes de dormir, pero nunca, nunca, obligarle a sentarse en el wáter.
• Podréis ensayar en la hora de la siesta.
• Tendréis que estar alerta porque si son muy frecuentes los “accidentes”, puede que vuestro/a pequeño/a no esté preparado/a aún.
• Si después de controlar el pipí y la caca, y pasados los 7 años o mayor, vuelven a no controlar esfínteres, puede que algún hecho les esté afectando emocionalmente, en ese caso, deberéis consultar a un/a profesional.

Y recuerda, consultar a un/a profesional para las dudas, siempre es una buena opción.

Julia Torres Vela – Psicóloga Sanitaria.

María Bravo Pérez – Psicopedagoga y Terapeuta en atención temprana y lenguaje.

Julia y María son las propietarias de Gabinete Crece. Puedes encontrarlas en Facebook e Instagram.