Hoy hablamos sobre la fase del “no, no quiero” de nuestros peques. ¿Estáis en ella? ¿Cómo la vivís?
La etapa del no quiero (negación etapa del desarrollo infantil) es una etapa difícil tanto para nosotros los padres como para nuestros hijos. Se trata de un momento complicado que requiere de altas dosis de mano izquierda y sobretodo paciencia, no lo negaré, pero también se trata de una fase necesaria para el desarrollo personal de nuestros pequeños.
Tanto para nosotros los padres, como para ellos mismos, esta etapa del no quiero, es una etapa muy pesada aunque como comentaba, al iniciar el artículo, es también absolutamente necesaria. Pesada porque todo el día estamos viviendo cómo nuestro hijo intenta salirse con la suya, teniendo que insistir una y otra vez que no haga esto, que no toque aquello, rabietas, pataletas, berrinches y un constante degoteo de “no, no quiero”.
¿Una fase necesaria, por qué?
Más o menos sobre los 2 años los niños, nuestros hijos, entran de lleno en una fase negativista, donde a todo contestan “no, no quiero”. Una etapa donde niegan prácticamente todo, sin más.
Es la etapa de “los dos terribles años” de aparición de las tan temidas y comentadas rabietas, donde los niños se vuelven tercos y testarudos, pero que en definitiva responde a un gran salto evolutivo que permite que nuestros hijos puedan avanzar. Esta fase de autoafirmación permite al bebé que hasta ahora ha sido nuestro hijo irse desvinculando de nosotros. Sus “no, no quiero” responden a esta necesidad de afirmar su individualidad, sus gustos e intereses y desmarcarse de nosotros.
Se trata de un periodo importante para su desarrollo, una fase de autoafirmación, pero que a más de un padre (madre) les saca de sus casillas. Importante permanecer tranquilos y mantener la paciencia en todo momento.
Si estáis viviendo esta etapa y os habéis preguntado qué es lo que le ocurre a vuestro hijo, mantened la calma porque no le ocurre nada más y nada menos que está creciendo. Si hemos leído sobre esta temática, en cualquier manual de psicología o pedagogía o guía para padres, encontraremos alguna referencia a esta fase de autoafirmación y veremos que a nuestro hijo no le ocurre nada malo, no le pasa nada más ni nada menos que está creciendo y desarrollándose de un modo correcto. Por tanto, si esto es lo que os venía preocupando de un tiempo a esta parte podéis respirar tranquilos. Tenéis un hijo sano capaz de a sus dos o tres años desafiarnos a la vez que expresa su propia voluntad, y eso no es malo. Puede que no nos guste o encaje en el momento pero no es malo que nuestros hijos sepan decir no.
La etapa del “no, no quiero” es una etapa más, como la del “por qué” que ayuda a nuestros pequeños a desarrollar su individualidad y a entender el funcionamiento del mundo que se abre ante él. Como todas las fases, ésta acabará pasando y mientras tanto no nos queda otra que armarnos de paciencia y saber lidiar con los “no” sistemáticos y repetitivos. Algunas veces podremos evitarlos dejando que tomen alguna decisión, otras ignorando el no y dando un tiempo para que olviden su negativa y otras … tendremos que aguantar el chaparrón.
Dicho esto, siempre debemos tener claro que como adultos somos nosotros quienes marcamos los límites y las normas, y que éstas no siempre les gustarán pero deberán aprender a obedecerlas. Educar no es fácil, pero crecer tampoco, muéstrate paciente y comprensivo la próxima vez que tu hijo te diga que “no”.
Psicóloga Infantil
2 comentarios
Muy buen articulo, ggracias por llos consejos
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