Los padres no deben ser amigos de sus hijos, O al menos, no deben serlo, porque si son amigos dejan de ser padres. Muchos de los que son padres hoy en día provienen de crianzas basadas en el adiestramiento y la obediencia, ya que han sido educados a través de métodos autoritarios como pueden ser el bofetón a tiempo a base de gritos, utilizando la silla de pensar o el tiempo fuera.
Por eso, como alternativa ha aparecido lo que se llama crianza respetuosa que propone que tanto padres como educadores sean acompañantes conscientes en el proceso de reconocimiento de límites e incorporación de la disciplina.
Cuando se confunden los términos
La relación padres-hijos era mucho más distante en el pasado. Antes cuando se utilizaban métodos más autoritarios los padres, por ejemplo decidían por sus hijos sobre los temas importantes como que carrera elegir o por ejemplo los hijos no podían tutear a sus progenitores.
En la actualidad, esta relación es mucho más cercana e informal. Se han derribado muchas barreras pero se han desdibujado los límites que los padres han de poner.
Se confunde muchas veces la crianza respetuosa con dejar hacer a los niños lo que les da la gana. Y ahí viene el problema.
A muchos padres les parece que supone mucho más trabajo el poner límites y negarles cosas a sus hijos haciéndolo con dulzura y cariño que decirles que sí a todo y quedar siempre bien. Algo que en principio al adulto le puede parecer un mejor vínculo pero que realmente es no saber desempeñar el papel que le toca ejercer como padre.
Ser “amigos” puede llegar a ser irresponsable
Los padres respetuosos pueden llegar a hacer que sus hijos confíen en ellos de tal manera que los niños les cuenten sus problemas o sus experiencias. Pero esto es algo que no puede ocurrir a la inversa ya que los hijos no pueden comprender y asimilar los problemas de los adultos.
Por eso, el problema viene cuando el adulto se excede en ser respetuoso. Esto puede llevar a saltarse la barrera que hace que los padres quieran ser amigos de sus hijos. Pretendiendo establecer una relación entre iguales, es decir, que sea simétrica. El adulto se pone al mismo nivel que el niño y esto le genera dudas al niño y la pérdida de control al adulto.
Qué significa ser respetuoso
Ser un padre respetuoso significa tener una relación cercana, honesta y afectiva con sus hijos, donde los adultos tienen en cuenta a sus hijos a la hora de tomar las decisiones respecto a su educación, haciéndolo con responsabilidad y dejando claros los límites y las normas.
Estas son algunos consejos que pueden ayudar a tener una buena relación de respeto con los hijos estableciendo límites y sin ser irresponsables:
• Establecer pautas y rutinas para que los niños puedan explorar y descubrir de manera segura. Así les damos límites y hábitos que pueden predecir y así les ayudamos a entender el mundo en el que se mueven
• Es importante pasar tiempo juntos. Mucho más que darles caprichos.
• Saber cuándo establecer los límites. El niño necesita diferentes normas y directrices según la edad que tenga.
• Hacer cumplir los límites a los hijos. Es una manera de enseñar a los niños a moverse por el mundo. Enseñarles disciplina para que actúen libremente.
• Respetar que el niño quiere ser independiente pero sabiendo que aún no lo es.
• Saber escuchar. Poner límites no significa solo prohibir. También es negociar cuando haga falta.
Autor: Borja Quicios
Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en Educación y Deporte y Máster en Psicomotricidad Vivenciada y Coach educativo.
Autor y fundador del blog DeHijosyPadres.
2 comentarios
Excelente reportaje
Saludos desde Costa Rica
En mucho desacuerdo. Me parece que el conflicto nace desde el paradigma social de lo que es la amistad. Hy un error flagrante en el manejo de la crianza y del concepto de amistad en el mundo pseudo académico
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