En mi labor como educadora ambiental, enseño a respetar el Medio Ambiente y por ello he incluido muchas veces el humor en el diseño de los talleres y cursos que he impartido y he podido constatar que, utilizado adecuadamente, es una herramienta pedagógica muy útil. Al incluir pinceladas de humor en las clases he percibido de manera inmediata un cambio en el alumnado: éste se relajaba, se sentía más cómodo e interesado por la temática y el grupo en general se animaba a participar en el debate.
Muchos pedagogos coinciden en las bondades del humor en la labor pedagógica. Por ejemplo, Guitart exponía que: “El humor es un elemento vital en el proceso educativo”. El sentido del humor es de gran utilidad para educar en general, y para fomentar valores ecológicos en particular. Entre sus principales beneficios, se destacan los siguientes:
- Ayuda a plantear realidades adversas. Utilizar el humor en el mensaje que queremos transmitir nos ayuda a plantear realidades, en ocasiones muy negativas, con mensajes positivos. Como bien dijoPlatón: – Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia.
- Lo divertido es más atractivo. El sentido del humor ayuda a crear interés y fomentar la buena disposición por parte del receptor. Potenciando así la necesidad de aprender. Por otro lado, ayuda a escuchar y entender a los otros.
- Libera tensiones. En ambientes divertidos y distendidos nos sentimos más relajados, y por consiguiente más abiertos a nuevas ideas. En este caso es óptimo para plantear alternativas de vida más ecológicas y responsables.
- Fomenta las relaciones positivas. Si el ambiente es positivo, se favorece la comunicación entre los integrantes del grupo o la familia. Esto provoca un acercamiento y disfrute del tiempo que pasamos juntos.
- Ayuda a pensar. El humor potencia la observación crítica de la realidad.
- Estimula la creatividad. Permite buscar nuevas soluciones que tengan como fundamento procesos creativos. Necesario para que los menores puedan plantear soluciones a los problemas ambientales.
Ahora que estamos convencidos de las bondades de incluir el sentido del humor en nuestras labores pedagógicas, la siguiente pregunta que se nos plantea es lógica: ¿cómo incluyo el humor en mis enseñanzas ecológicas sobre el Medio Ambiente?
- Busca situaciones y escenarios positivos. Si deseamos trasmitir a nuestros hijos alguna enseñanza, resulta muy útil que utilicemos aquello que les pone de buen humor. Reflexionar que experiencia o situación le hace sentirse a gusto, o incluso reír. Para algunos será el momento del paseo hasta el parque, para otros el momento de la cena… Usar esos momentos para difundir los mensajes ecológicos que deseamos.
- Utilizar herramientas pedagógicas. Utilizar diferentes formas de expresión que nos permita educar con humor: cuentos, chistes, adivinanzas, canciones, tiras cómicas, etc… Existe un amplio abanico de material pedagógico en el mercado. Os dejo algunos ejemplos:
– En este enlace podréis encontrar adivinanzas infantiles sobre diversos temas, como la Naturaleza.
– En este otro podéis ver un ejemplo maravilloso sobre cómo utilizar el humor en para educarº en el respeto al Medio Ambiente. Con el vídeo “Dos tomates y un destino” nos enseñan los transgénicos.
– En relación a las tiras cómicas, os recomiendo a Mafalda o a Forges para niños más mayores.
Si se desea ampliar más información, existe un buen trabajo sobre este tema: El valor pedagógico del humor que explica los beneficios del humor desde un punto de vista pedagógico en el trabajo de profesorado.
Escribidnos y contadnos qué hace reír a vuestros hijos.
Miriam Navarro Díaz
Educadora Ambiental. Especializada en Formación y Sensibilización Socioambiental, proyectos de participación, dinamización e intervención social.