El miedo al agua en los niños más común de lo que se cree: que los niños pequeños no quieran bañarse en la piscina con sus padres por temor. Los padres se frustran porque quieren disfrutar con ellos del agua y no saben cómo lograrlo.
Debéis saber que, la piscina es un entorno ideal para el disfrute de toda la familia, siempre y cuando tengáis la situación controlada. Los padres sois los que tenéis que llevar a cabo la actividad lúdica, ser cariñosos con vuestros hijos pero firmes a la vez: vosotros ponéis los límites y las reglas del juego.
Para comenzar, no intentéis meter al niño de golpe, no hay que forzarle. Tiene que apetecerle jugar. Si vuestro hijo no quiere jugar con vosotros y le forzáis, estáis creando una obligación.
Otro error común entre los padres es obligar a sus hijos a meterse en el agua con manguitos, flotador, etc. Éste es un acto egoísta, ya que, sin quererlo, imponéis al pequeño un material de flotación para vuestra “seguridad”. Se suele pensar que si el niño ya tiene manguitos podéis estar más tranquilos… No es así. Los excesos de confianza no son buenos en el agua.
¿Qué puedo hacer para ayudarle a quitar el miedo al agua?
– Deja que tu hijo elija el material que quiere usar contigo para jugar. Si no quiere material no te preocupes. Si no sabe nadar, se aferrará a ti, y, poco a poco, por su ganas de jugar (date tiempo, es un niño y tarde o temprano querrá jugar) él mismo querrá soltarse y tener más autonomía.
– Si tu hijo quiere tirarse al agua, déjale que lo haga cuando tú estés mirando, no se lo prohíbas cuando estés presente, ya que lo tomará como un juego y se lanzará cuando te despistes: es mejor que pruebe experiencias contigo delante para evitar accidentes.
– Si tiene miedo, escoge un lugar tranquilo y que no le cubra el agua. Olvídate de que aprenda a nadar ese día, ¡juega con él! Haz de ese momento, un momento de juego increíble, aunque sólo le llegue el agua a los tobillos.
– Si consigues que esté a gusto, poco a poco podrá cubrirle un poco más el agua. Si tienes paciencia, cogerá confianza y autonomía en el agua, y llegará a ver que es un lugar divertido.
– Si, por el contrario, lo que quiere es material, no te empeñes en que se meta al agua sin nada. En clases de natación nos es muy apropiado a los monitores que un niño quiera entrar al agua, aunque sea con material. Ellos no lo saben, y vosotros seguramente tampoco, pero con material propiciamos una buena posición del cuerpo en el agua (hidrodinámica).
– No te preocupes, al final el material les estorbará para jugar con vosotros y querrá quitárselo él mismo. Déjale experimentar.
Este es un proceso que dependiendo del niño puede tardar más o menos tiempo. De cualquier manera, no pienses en si aprenderá a nadar antes o después, o, si se mete con material o no; tu objetivo es disfrutar con él, deja el aprendizaje para los monitores.
Francisco Sánchez Aguilar, Ludoqua.com
facebook.com/ludoqua
Un comentario
Los comentarios están cerrados.