En nuestro último artículo hablamos sobre cómo afronta una familia el diagnóstico de un/a hijo/a. Cuando hablamos de discapacidad, solemos fijarnos en el desarrollo de esa persona que lo presenta y en cómo sus progenitores afrontan y viven esta situación; y en muchas ocasiones nos olvidamos de que estas personas tienen también hermanos/as y que ellos/as son igual de importantes.
Los/as hermanos/as constituyen nuestras primeras y más intensas relaciones sociales con iguales cuando somos niños/as, creándose una conexión especial. Los hermanos/ as de niños/as con discapacidad también son especiales y a veces necesitan de nuestra ayuda y comprensión. En ellos/as aparecen muchas emociones, pensamientos y comportamientos, que hacen que puedan sentirse diferentes al resto de niños y niñas con quienes se relacionan.
¿Qué se sienten los/ las hermanos/as de chicos/as con discapacidad?
- Preocupación y miedo. A los/as niños/as les cuesta comprender qué les ocurre a sus hermanos/as. Los ven diferentes, notan que sus padres les prestan más atención, que a menudo enferman o visitan médicos, psicólogos u otros especialistas. Lo que les lleva a preocuparse y a sentir miedo por lo que le ocurre a su hermano/a. Pero incluso cuando esto se resuelve, y crecen, el miedo y la preocupación vuelve a surgir, ahora por el futuro de ese/a hermano/a, se preguntan quién se ocupará de e/ella cuando sus padres no estén o si estos son mayores.
- Vergüenza. Por las preguntas y los comentarios de sus compañeros/as, a veces, los insultos y las bromas de mal gusto, cuando comparan a sus hermanos/as con discapacidad con los demás. Cuando aparecen conductas disruptivas o inapropiadas en el momento y tienen que dar explicaciones.
- Culpabilidad. A veces por pensar que ellos/as son responsables de la discapacidad del hermano/a, otras por saberse distinto y disfrutar o poseer algo que no tiene el hermano/a. A medida que se hacen mayores, la culpa puede aparecer al querer independizarse y dejar “solos” a sus padres con las dificultades del día a día.
- Enfado. Debido a que el/la hermano/a con discapacidad condiciona su vida. La vida social se recorta o las salidas a sitios públicos, las visitas de los amigos/as se ven reducidos o controlados. Los/as hermanos/as pueden verse forzados a seleccionar amistades en función de cómo reaccionan estas ante la discapacidad del/de la hermano/a.
- Soledad y pérdida. La soledad aparece cuando no pueden compartir sus emociones con otras personas, ya que es complicado encontrar individuos en su misma situación y cuando sus padres o madres le prestan más atención a la persona con dificultades.
- Celos. Al sentir que se le presta más atención al hermano/a con discapacidad. Estos celos pueden convertirse en sobreprotección a medida que el/la hermano/ sin discapacidad crezca.
Situaciones y dificultades a las que se enfrenta una persona con un/a hermano/a discapacitado/a
- La escolarización de la persona discapacitada. Cuando ambos/as hermanos/as asisten al mismo centro escolar, los/las hermanos/as pueden asumir el rol de cuidador y protector del hermano/a con dificultad. Tomando acciones como ayudarlos, protegerlos, dar la cara por él/ella, dando explicaciones de su comportamiento, hacer frente a situaciones incómodas; haciendo que se sientan diferentes al resto de sus compañeros/as.
- En numerosas ocasiones, cuando el hermano discapacitado es mayor en edad que el otro/a hermano/a, éste último se encuentra que en cierto momento se convierte en hermano/a “mayor”, ya que su desarrollo físico, psicológico y académico, hará que supere a su hermano/a.
- Los/las hermanos/as sin discapacidad pueden verse “obligados/as” a hacerlo todo bien para hacer felices a sus padres ante la idea de que el/la otro/a hermano/a no podrá alcanzar los mismos objetivos. Esto puede llevarles a un estado de frustración constante.
Necesidades de las personas con hermanos/as discapacitados
- Recibir información sobre la discapacidad y cómo afecta a su hermano/a. Para saber comunicarse, jugar con él… además de para enfrentarse a los/las otros/as que le harán preguntas o comentarios al respecto. La falta de información puede llevarlos a que las emociones citadas anteriormente sean muy intensas y difíciles de comprender y controlar.
- Expresar las emociones en torno a las implicaciones que la discapacidad crea en sus vidas. Esto les ayuda a comprender y ser comprendidos/as y escuchados/as, en sus propias dificultades.
- Crear con sus progenitores un pacto claro sobre las responsabilidades respecto al hermano con discapacidad. Necesitan ser respetados en su individualidad, tener su tiempo para aficiones, diversiones y actividades y recibir de manera particular comprensión, atención, apoyo y reconocimiento.
En numerosas ocasiones aparecen problemas entre los/las hermanos/as, reacciones que preocupan a los padres y las madres que se encuentran en otro proceso, lleno de dudas y con dificultades para resolver la situación. Es importante orientar a estos padres para que aprendan a crear una buena relación familiar y entre hermanos/as, y sepan intervenir cuando sea necesario.
Para ello es muy importante crear espacios donde exista un tiempo exclusivo para cada hijo/a. hay que estar alerta, ya que muchas veces estamos tan absorbidos con las terapias, actividades de estimulación…que no nos paramos a observar a los/las hermanos/as, y si vemos con detalle, encontramos ciertas conductas que pueden reflejar malestar en ellos/as, aunque intentarán camuflarlas con ánimo de que los/las ma-pa-dres no sufran más.
Es necesario que, en este tipo de situaciones, toda la familia reciba apoyo profesional, para así conseguir el bienestar de cada miembro familiar y por tanto, el de toda la familia.
Como siempre os decimos, CONSULTAR CON UN/A PROFESIONAL, ES UNA BUENA OPCIÓN.
Julia Torres Vela – Psicóloga Sanitaria.
María Bravo Pérez – Psicopedagoga y Terapeuta en atención temprana y lenguaje.
Julia y María son las propietarias de Gabinete Crece. Puedes encontrarlas en Facebook e Instagram.