Al enfrentarnos a la educación de los/las menores tanto desde el punto de vista profesional como desde el punto de vista de cuidadores/as, padres y madres, abuelos, abuelas… ¿nos planteamos si los/las educamos en la igualdad?
Hace unas semanas nos encontrábamos eligiendo los regalos navideños y muchos/as se habrán preguntado lo siguiente a la hora de escoger los juguetes para nuestros/as hijos/as: ¿es el adecuado, lo compramos porque les gusta o porque siendo niño o niña…es lo que debería tener o gustarle?
Tenemos la mala costumbre de asignar regalos, colores, palabras, películas, ropa, dependiendo del sexo del bebé. Cuando son pequeños/as no nos imaginamos el futuro que le ayudamos a crear, el mundo donde tendrán que trabajar, enamorarse, estudiar, y es que pensamos que para eso hace falta mucho tiempo, y por una generación o por otra…lo dejamos para luego. Pero quizás, la generación de hoy siente que ya es momento del cambio. Pero para ello, todavía debe hablarse, debatirse y plantear medidas.
Existe mucha información sobre criar de una forma CONSCIENTE, para los que estáis dispuesto a querer que todos/as tengamos las mismas oportunidades a pesar del sexo con el que nazcamos o con el que queramos vivir. Es nuestro deber criar personas felices, dando amor, educar para que se sientan seguros, fomentando la autonomía y la autoestima, empáticos y amables, para lo que les tenemos que educar también en la tolerancia, libres…y todo ello se consigue con conocimiento.
Entonces papás, mamás, y todas las personas que quieran continuar con el cambio para no tener que hablar de situaciones desagradables, proponemos una guía básica de reflexión, para ayudaros a que penséis en vuestro propio modelo de crianza.
- Cuestionarnos a nosotros/as mismos/as, es decir, nuestras creencias y práctica cuando nos relacionamos con otras personas. Siendo el primer paso la autoevaluación y autocrítica.
- Cuidado con comentarios típicos que inducen a clasificarnos por el sexo: “¿qué sexo te gustaría que tuviera el bebé niño o niña?”, esto ya condiciona como veamos a esta persona en el futuro.
- Intentar evitar las asignaciones de juguetes de niña y juguetes de niño. Los juguetes y juegos deben de ser libres, sin condiciones o guiones, ya que entonces induciremos a que ya piensen de una u otra forma.
- Debemos evitar criar fomentando roles, si tenemos un niño de sexo masculino, no incitarle a desempeñar un rol por lo que entendemos como masculino….de mayor serás ¿mecánico, ingeniero, …?, debemos no incitar a que piensen que hay trabajos masculinos o femeninos.
- Interesarnos por corregir el lenguaje no inclusivo o que se aleja de la igualdad, evitar frases como “todos los niños son iguales, a todos les gustan los coches, maquinitas…y las niñas todo rosita…”, porque no es verdad, pero si le incitamos a elegir o tener preferencia…¿qué creéis que harán? ¿Hacer lo que dice mi familia o lo que quiero? Pensad que probablemente tiendan a elegir algo por agradaros más que porque les haga felices. Cuidado con las bromas sexistas o permitir que nuestros/as hijos/as las hagan. “no llores como una niña”,“son cosas de niños”, “los niños son más nobles”, “detrás de un gran hombre, hay una gran mujer”, “a las chicas les gusta cotillear, a los chicos no…”
Un lenguaje sexista creará un pensamiento sexista. El lenguaje de hoy todavía está basado en un ideal patriarcal. El lenguaje, además de conformar nuestra manera de ver el mundo, es el vehículo a través del que interpretamos la realidad.
El sexismo es la tendencia a valorar a las personas según su sexo. El origen de esto reside en organizar la sociedad en un sistema de dos géneros…pero, ¿todos y todas estamos en una parte u otra?, ¿dónde se incluyen las personas transgénero? A la hora del lenguaje escrito, es necesario un lenguaje inclusivo y evitar el bombardeo de la identificación con el género masculino para incluir a todas las personas. La prensa, los libros de texto, los/las que escribimos artículos…debemos respetar a tod@s.
- La sexualidad, como tema tabú. Tendríamos que ser más conscientes sobre cómo le hacemos ver la sexualidad a nuestros/as hijos/as. Hace poco en un programa de televisión, un reportaje mostraba la idea de los adolescentes sobre la falta de información que habían recibido en casa y en la escuela, y aprendían por la experiencia propia, vídeos…y se quejaban por la devaluación de la figura femenina en este ámbito. Es necesario cuidar que no aprendan una feminidad mal entendida. Y la igualdad en todos los contextos.
- La colaboración en casa entre todos los miembros de la familia por igual es muy importante. Si quiero que mi hijo o hija friegue los platos, tendré como adulto/a que hacerlo yo también, somos seres sociales que aprendemos por observación de nuestro entorno. Si los papás no friegan, el hijo de sexo masculino, no lo hará, porque entenderá que eso es de “chicas”.
- Todos/as debemos ir a una, por lo que tendríamos que pedir a las instituciones públicas, más programas sobre coeducación, y más práctica fuera de la legislación, donde también se fomente la intervención familiar o la formación a familias…sobre todo en la primera infancia y adolescencia.
- Es importante estar al día de la actualidad, leer, formarnos, sobre el tema, para poder corregir algunos errores que cometemos cuando criamos y educamos; hay que asumirlos, no hay que tener miedo al cambio, sino a no hacerlo. Pensemos en la persona que queremos que sea de adulto y eso, se hace desde la edad más temprana.
Ante cualquier duda, recuerda que visitar o consultar a un/una profesional siempre es una buena opción.
Julia Torres Vela – Psicóloga Sanitaria.
María Bravo Pérez – Psicopedagoga y Terapeuta en atención temprana y lenguaje.
Julia y María son las propietarias de Gabinete Crece. Puedes encontrarlas en Facebook e Instagram.
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