Transmitir valores medioambientales a través del arte es un recurso didáctico muy utilizado en las escuelas. Para enseñar a nuestros pequeños a respetar su entorno natural primero debemos conseguir que lo valoren, que lo amen, que entiendan la suerte que tenemos de disfrutar de la belleza que nos rodea, de los recursos que nos ofrece el medio, de la necesidad de conservar aquello que nos mantiene con vida.
No nos podemos limitar al “eso se hace” o “eso no se hace”, “no tires papeles al suelo”, “no arranques flores”… Debemos permitir que sean ellos quienes decidan no tirar papeles a la hermosa playa donde veranean o no arrancar las flores del lindo sendero por el que caminan. De esta manera les estaremos ayudando a que construyan su propio pensamiento crítico, lo que es fundamental para generar verdaderos cambios de comportamiento.
Para ayudarles a valorar su entorno debemos procurarles una educación afectiva, en la cual el niño conozca su ambiente a través de sus experiencias y emociones. En este sentido, el arte se convierte en una herramienta pedagógica que permite despertar en el menor una respuesta emocional, permitiendo desarrollar una empatía por aquello que contempla.
A continuación os dejo una sencilla dinámica que podéis utilizar con vuestros hijos para poner en práctica esta teoría:
- Iros al parque, a la playa, al campo… a cualquier bello entorno donde predomine la vegetación y los hermosos paisajes. Sentaos con vuestros hijos y animadles a dibujad lo que observan. Tras el dibujo preguntadle acerca del mismo: ¿es bonito lo que ves?, ¿te gusta? ¿te hace sentir bien?, ¿está limpio?…
Además de practicar con las técnicas de dibujo, tomarán conciencia de la realidad que les rodea, apreciaran con su entorno a través de sus propios dibujos. Cuestionaran el estado de conservación del paisaje y reflexionaran acerca del comportamiento que debemos tener para conservarlo.
Muchos artistas han utilizado la naturaleza como motivo en sus obras. Una buena opción para despertar en los niños el amor por el medio ambiente es decorar su cuarto y zonas de juegos con alguna de estas obras. Un autor contemporáneo que me encanta es David Hockney, un artista inglés. Aunque siempre podemos acudir a algunos clásicos: a los impresionistas Monet, Pisarro, Renoir o los post impresionistas Van Gogh o Seurat.
Miriam Navarro Díaz
Educadora Ambiental.