No existen los padres perfectos

Existe la creencia de que los padres perfectos existen. Son esas figuras ideales que educan niños felices y sin problemas. Acercándonos a la realidad vemos que no existe ni el padre, ni la madre, ni el hijo perfecto.

La realidad es otra.

Muchas madres y padres se sienten perdidos. Cuando sus hijos nacen, se dan cuenta de que no vienen con el libro de instrucciones y lo único que les queda es educarles lo mejor que saben y pueden; probando la mejor manera de hacerlo.

Para ello, los que se siente más inseguros con el modo de proceder en esta nueva situación, buscan consejo y ahí es donde puede venir el problema.

Los consejos… Solo cuando se pidan

Con el nacimiento del niño se dan importantes cambios en nuestra vida y en nuestro entorno. Uno de ellos es el que se da en el contexto familiar donde se pueden empezar a generar conflictos por falta de entendimiento y exceso de intromisión en el cuidado y educación del nuevo miembro.

La intromisión es algo muy común. Los tíos y los abuelos sobre todo, por la confianza que tienen, suelen ser los más dados a aconsejar incluso cuando no se les pide  su opinión. Si además los padres quieren educar a su hijo de manera diferente a la que estas figuras entrometidas  lo hacen es cuando comienza la polémica. Esto sucede porque ellos creen que los nuevos padres no saben o no son capaces de ejercer su papel.

Tenemos que tener claro que nadie sabe exactamente como criar. Los padres hacen lo que creen que es lo mejor para sus hijos. Por eso, cuando nos den consejos debemos aceptarlos o no pero con la premisa de que si acertamos o erramos en la educación y crianza del niño somos nosotros los que lo hacemos y no por los demás.

Además estos consejos vienen acompañados de otro tipo de conductas…

Ese tipo de comentarios…

Cuando los consejos que los familiares dan a los padres no surten efecto se insiste de una manera más desdeñosa, e incluso los comentarios se centran en el niño. Por ejemplo:

• “No le pones límites al niño y es un consentido”. Los padres son libres de educar como les parezca correcto. Algo muy común es el choque de generaciones y las maneras de educar hoy en día están muy lejos de la manera autoritaria con la que se hacía antes
• “Ya es hora de que ande sólo”. Todos los niños tienen su ritmo de evolución. Muchos familiares meten presión para que el niño llegue cuanto antes a estos hitos del desarrollo porque los comparan con otros.
• “No le cojas tanto en brazos que lo enmadras”. El querer estar en brazos es un comportamiento muy normal que tienen los niños en ciertas etapas de su desarrollo. No es algo que suceda porque la madre o el padre estén continuamente haciéndolo. De hecho, es muy bueno que se haga.
• “Solo come los que quiere y cuando quiere”.

¿Otra vez de visita?

Algo que sucede a menudo  y que viene de la mano de los consejos son las visitas inesperadas.

Es muy común que familiares se presenten en casa de los padres para ver al niño. Muchas veces estas visitas se agradecen pero es probable que rompan la sintonía familiar. Ya que rompe con las rutinas a las que los nuevos padres y el recién nacido se están adaptando.

Además, se puede crear polémica familiar. Por ejemplo, ¿por qué unos abuelos fueron  a ver al niño y los otros no fueron invitados? Los que “no fueron invitados” serán los que se presenten sin avisar al día siguiente.

Lo ideal es hacer que las visitas llamen para preguntar si es posible dicha visita y cuando para no romper la armonía.

Lo mejor es seguir nuestro instinto

Aunque nos den consejos lo mejor es seguir nuestra razón. Elegir hacer caso a los que nos dicen o no, pero con la certeza de que los que al final decidan  sean los padres y no desfallecer ante la presión.

En definitiva, ser padres  que quieran a sus hijos, los cuiden y que sean capaces de hacerlo lo mejor que puedan.

Autor: Borja Quicios

Licenciado en Psicología con especialidad en Educación por la Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Psicomotricidad Vivenciada y Coach educativo. Autor y fundador del blog Padreehijos.