Marcos y Luis, tienen 15 y 16 años, son adolescentes a los que la sociedad ha etiquetado como “niños especiales“, no se que etiqueta tienen, ni me importan, nunca jamás me han gustado las etiquetas, quizás porque la que suscribe las ha sufrido a lo largo de su vida. Porque ser hiperactiva y tener déficit de atención supone que te pongan el sello de loca e inestable para toda la vida.
A Marcos y a Luis los he conocido en un cumpleaños de otro “mal llamado” niño especial, Julián, que hoy cumple 16 años.
Estábamos preparando con mucha ilusión la fiesta y han llegado súper ilusionados, se trata de su primer cumpleaños. Sí, habéis leído bien. Con 15 y 16 años, es al primer cumpleaños al que los han invitado en toda su vida. Durante años, han visto como al resto de amiguitos de su clase les repartían tarjetas de cumpleaños y fiestas a diestro y siniestro, mientras que ellos se quedaban ahí rezagados, con su corazón deseoso de poder disfrutar de una fiesta como el resto de los niños de su edad.
Mucho se habla de la educación para la diversidad en la escuela, pero no es el tema del que quiero hablar hoy, creo que hay una educación para la diversidad mucho más importante, se llama respeto, y se recibe en casa.
Seguimos viendo los toros desde la barrera, y no nos atrevemos a torearlos. Parece que a nadie se le ocurre pensar que ese niño “mal llamado” especial podría ser el tuyo. Y, en ese caso, ¿cómo te sentirías al ver que tu hijo o hija no tiene ni un solo amigo? ¿que la sociedad donde algún día tendrá que integrarse lo aparta y lo califica de bicho raro?
Esta tarde se me ha partido el corazón, al escuchar a dos madres tragar saliva para evitar que se escurrieran dos lagrimones por sus ojos al decir que sus hijos no tienen amigos y que están muy solos, y que son niños estupendos. No hay nada más cruel, y más duro que una soledad impuesta, cruel e indiscriminada como la que la sociedad somete a las personas a las que cataloga diferentes: niños especiales. Y no nos damos cuenta que todos somos distintos, todos tenemos defectos y todos tenemos algo maravilloso que da sentido pleno a nuestro propio yo.
Una madre como tú
Un comentario
Soy maestra de educación especial en un colegio ordinario y trabajo con alumnos de la ESO. Actualmente es lo que más me preocupa a mí y a los padres. Los alumnos se dan cuenta que van cambiando los intereses de sus compañeros y cada vez se quedan más solos y aislados. Estoy buscando información para trabajarlo en clase de manera directa pero no hay mucha.
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