La mayoría de niños con trastornos de aprendizaje tienen una inteligencia normal o superior al promedio. Sin embargo, tiene dificultades en determinadas áreas de aprendizaje.
Los niños que sufren este tipo de trastornos tienen una gran dificultad para aprender determinadas cosas y pueden llegar a sentirse deprimidos y frustrados. Por tanto, generalmente tienen una baja autoestima sintiéndose mal consigo mismos, debido a que la mayoría de las veces saben lo que quieren decir, escribir y hacer. Pero les es muy difícil lograr el objetivo.
Trastornos de aprendizaje más frecuentes
Entre los problemas de aprendizaje más frecuentes nos podemos encontrar con:
- Dislexia Es un síndrome o conjunto de causas determinado, que se manifiesta como una dificultad para la distinción y memorización de letras o grupos de letras, falta de orden y ritmo en la colocación, mala estructuración de frases, etc.; que se hace patente tanto en la lectura como en la escritura.
- Inmadurez viso motriz.Que afecta al aprendizaje de la escritura
- Es una condición cerebral que afecta la habilidad de entender y trabajar con números y conceptos matemáticos. Algunos niños con discalculia no pueden entender conceptos numéricos básicos. Se esfuerzan mucho para aprender y memorizar datos numéricos básicos. Puede que entiendan qué hacer en la clase de matemáticas pero no entienden por qué lo hacen. En otras palabras, no entienden la lógica del proceso.
- Trastorno mixto del aprendizaje
Algunas veces es evidente que un niño presenta un determinado tipo de discapacidad de aprendizaje. Pero también pueden presentar una combinación de distintos trastornos. Es muy común que los niños con discapacidades del aprendizaje tengan problemas para seguir instrucciones, quedarse quietos y cumplir con determinadas tareas. Además puede ser que tropiecen a menudo.
¿Los trastornos por déficit de atención son trastornos de aprendizaje?
Muchas personas confunden trastornos por déficit de atención con los trastornos del aprendizaje. Pero los trastornos de atención, caracterizados por distracciones frecuentes e hiperactividad, no son trastornos del aprendizaje. Son un problema diferente, que también se asocia con pequeñas anomalías en el cerebro. Sin embargo, a veces ambos problemas ocurren simultáneamente. Se estima que entre el 25 y 35 por ciento de los niños con trastornos del aprendizaje también sufren de trastornos por déficit de atención.
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividady que en muchas ocasiones está asociado con otro tipo de trastornos.
Es fundamental y preciso evaluar que estos síntomas se presenten:
- Desde una edad temprana: antes de los 12 año
- Con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño.
- Que deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos o más de los ámbitos de su vida: escolar, familiar y social.
- No ser causados por otro problema médico, un tóxico, una droga u otro problema psiquiátrico.
- Trastorno por déficit de atención y concentración. Es la primera causa de bajo rendimiento que afecta hoy en día a la mayoría de los estudiantes.
Los que lo padecen se caracterizan por:
- Fácil distracción.
- Baja tolerancia a la frustración.
- Sensación de aburrimiento.
- Incapacidad de controlar su propia conducta
Cómo es el diagnostico
Para conocer qué área del aprendizaje necesita superar el niño, es necesario hacer una valoración psicopedagógica completa.
Diferenciar las causas de estos trastornos no es fácil, por eso, es importante que los padres, educadores y especialistas se pongan de acuerdo y trabajen conjuntamente.
Los trastornos del aprendizaje se diagnostican generalmente cuando los niños vive los primeros años de colegio a medida que aprenden a hablar, leer y a escribir.
Un verdadero diagnóstico requiere la evaluación formal de un especialista, preferentemente un psicólogo. Los diagnósticos no se hacen hasta los 5 o 7 años de edad y se repiten a medida que el niño crece. Si se identifica un problema antes de esa edad, los especialistas por lo general coinciden en que es imposible obtener conclusiones firmes en niños pequeños, ya que sus estilos y ritmos de aprendizaje varían mucho.
Autor: Borja Quicios
Licenciado en Psicología con especialidad en Educación por la Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Psicomotricidad Vivenciada y Coach educativo. Autor y fundador del blog Padreehijos.
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