Todos llevamos un niño en nuestro interior, que nos acompaña siempre aunque cumplamos años. Si conseguimos que nuestros hijos disfruten de su infancia serán futuros adultos felices con el niño que llevan dentro.
¿Qué podemos hacer como padres con nuestros hijos, para conseguir un adulto que conecta con su interior y no huye ni se esconde del niño que lleva dentro?
-Enséñale a tu hijo a desmitificar, no darle tanta importancia a las cosas, que minimice los problemas, que sus lágrimas son tan valiosas que solo deben derramarse por lo verdaderamente importante y que abrace su tristeza con la alegría de que todo es una aventura más de experimentar en la vida. Si eres un adulto que le da demasiada importancia a cosas que realmente no son tan importantes, tu hijo te imitará. La despreocupación de esas cosas que en el fondo no merecen la pena es algo que perdemos cuando crecemos y es clave para nuestro niño interior.
-Dibuja en su rostro la alegría y que saque a pasear a su tristeza. La vida siempre te traerá ambas emociones y tu hijo puede aprender a vivir con ellas sin hacer de ello un drama, más bien una comedia donde la tarea principal es aprender de cada capitulo.
-Permite que tu hijo se quiera, no lo ridiculices cuando presuma frente a un espejo o hable con ella misma o el mismo, como si fuera su mejor aliado. Ese será el niño interior del adulto que se quiere, cuida y respeta.
– Agradécele el amor que te da, lo feliz que te hacen sus abrazos, sus mimos, su ternura. Valora su amor y cómo es capaz de ofrecerlo. Dile lo mucho que te gusta también abrazarlo, mimarlo y cuidarlo, para que descubra lo bello que es amar y ser correspondido y se convierta en un adulto que sabe elegir a quien le ama.
– Haz que se sienta que es un pilar fundamental en tu vida. No se trata de darle más cosas materiales, no es que tenga todo lo que pida, se trata de que entienda, que aunque no tenga todo lo que desea materialmente, el mayor regalo de tu vida es su compañía, esto reforzara siempre su autoestima pasa lo que pase a su alrededor, cuando sea adulto.
– No seas tan exigente con él o ella, haz que disfrute de sentirse tranquilo, relajado y has que se fije en las cosas sencillas que hay a tu alrededor, que valore lo básico, las alegrías, las pequeñas cosas, desayunar juntos, ir al cole, hacer las tareas, ver la tele, contarle un cuento, visitar a los abuelos, reír con los amigos, que no pierda la ilusión, la espontaneidad ni las ganas de hacer travesuras. Luego será un adulto con quien disfrutar de su compañía, porque valora y aprecia los pequeños detalles de la vida y no un quejumbroso que se lamenta y castiga por todo.
Ten en cuenta que es posible que tu infancia no fuera como la hubieras deseado, que guardes dentro demasiadas heridas, vacíos y lamentos, pero todo ello no tiene por qué heredarlo tu hijo,: a él puedes liberarle de tu pasado y crear para él una infancia diferente, donde exista la seguridad, la confianza, el valor, el coraje de vivir una vida conectado con su interior, pues recibió amor, comprensión y que será un adulto, libre, vivo, seguro, amado, aceptado, porque creció respetando a su niño interior, gracias al honrado trabajo de sus papas.
Oliva Franzón Cossio (www.cuidadoemocional.es) es Diplomada en Enfermería por la Universidad de Cádiz, educadora de personas con discapacidad, y terapeuta en Auriculoterapia y Flores de Bach. Es especialista en Terapia Gestalt y creadora del método Autoapoyo Holístico,